Enloqueció

Neyssa Calvo Achoy

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Impecable, así apareció Luis Miguel en la “Cueva del Monstruo”, la cual lamentablemente se vio a medio llenar, lo que tampoco fue razón para que “El Sol” no brillara con todo su esplendor.

Luego de ocho años de ausencia, el cantante regresó para darle a las ticos una serenata romántica entre los aplausos y gritos de sus fans.

Pero antes, el cantautor nacional Humberto Vargas supo calentar las gargantas en la fresca noche tibaseña.

A eso de las 7 p.m. el tico rompió la espera de quienes desde las 4 p.m., empezaron a ingresar al estadio.

Los aplausos no se hicieron esperar cuando Vargas arrancó con “Tono sepia”, “Dónde estarás” seguido de “Quizás” y “Sería Mejor” para cerrar con la favorita de la gente “Dilo de una vez”.

Y salió “El Sol”

Pasadas las 8 p.m. el escenario se oscureció y como era de esperar, la algarabía estremeció el Saprissa. Pero fue después de 14 minutos cuando apareció Luis Miguel vestido de negro para llevar a su gente de la euforia a la melancolía con su voz.

Abrió su desfile de éxitos con “Te propongo esta noche”, “Suave”, “Con tus besos”, “Tres palabras”, “La barca” y “ Somos novios”, seguido del coro de los fanáticos, que agradeció con sonrisas y movimientos sensuales.

Desde el principio se mostró cercano y amable, incluso pidió un aplauso hasta para los que escuchaban afuera del estadio.

“Ojalá pasen una noche llena de alegría y emociones”, dijo.

Un sencillo escenario, con tres pantallas gigantes, 11 músicos y una corista fueron suficientes para que el mexicano simplemente se robará el corazón de todos, en especial de las mujeres que parecían querer comérselo. Y al filo de las 10 p.m., se despidió de Costa Rica con “Labios de miel”.

Un poco más

El sonido estuvo bien, pero la gente de pie frente a tarima impidió a los de atrás ver el escenario.

Las puertas se abrieron a las 4 p.m., y fue fluido.

Punto negro. Oficiales de Isaseca S.A. hicieron difícilla labor de la prensa.