Nacionales
Domingo 25 de marzo de 2012, Costa Rica

Payaso “Tavike” revela secreto de vida: aceptarse como uno es

“Si volviera a nacer, pediría ser pequeñito”

Gloriana Corrales

gloriana.corrales@nacion.com

Poco más de un metro de estatura le es suficiente para conducir un carro, trabajar como contador, tener una novia y hasta salir a bailar los viernes por la noche.

Para Eddy Gustavo Blanco, mejor conocido como “Tavike”, ser “pequeño” (como él lo llama) no es ninguna limitación, sino una fortaleza.

Sabe bien que cada día debe alzar los brazos para alcanzar lo que está diseñado para personas de tamaño promedio y que debe mirar a los demás siempre desde abajo.

Su estatura lo hizo saltar a la fama como payaso en el programa “El Chinamo”. Durante los fines de semana, se dedica a sacar risas en fiestas de niños y adultos, con quienes aplica un poco más de “picante”.

Se confiesa enamorado de Carol Baltodano, 14 centímetros más baja que él y 16 años menor. En esta entrevista, “Tavike” dejó claro que también está enamorado de la vida y de su cuerpo pequeño.

Despojado de complejos

- ¿Cómo empezó en esto de ser payaso?

Antes de ser payaso, estuve trabajando con los “Chiquitibum”, que era un grupo de pequeñitos que bailábamos en tarima y acompañábamos a Roque Ramírez. De ahí surgió que empezáramos a trabajar en este ambiente. Así fue como “Tavike” se empezó a formar.

Para el quinto año, ya yo quería trabajar solo, tenía ganas de empezar un nuevo proyecto. Mis compañeros de trabajo me decían que yo como payasito la pegaría mucho. Siempre me quedó como eso y empecé a llevar seminarios para ser payaso.

- ¿De dónde viene el nombre “Tavike”?

En una de esas convenciones, preguntaban el nombre de uno y el nombre artístico. “Tavike” fue un nombre que a mí se me salió, porque era el apodo de los amiguillos del barrio. Había un muchacho que también se llamaba Gustavo. Él y yo nos decíamos: ¿Qué “Tavike”?. Todos nos llamaban así.

- Si no padeciera de acondroplasia, ¿sería payaso?

(El silencio se prolonga por unos 10 segundos) Yo creo que sí. Hay una cosa muy curiosa: si yo tuviera la oportunidad de volver a nacer, pediría ser pequeñito, porque yo estoy muy orgulloso y muy feliz de cómo Dios me hizo. Es una limitación de tamaño, nada más.

- ¿Considera que su gracia como payaso es la estatura?

Sí, es una gracia adicional. Pero eso depende de cómo uno se vea. Si uno sale con la mentalidad de que yo soy un payasito lindo y tierno y bonito también porque soy pequeño, así me va a ver la gente, porque así me veo yo.

- ¿En algún momento enfrentó burlas?

Siempre. Uno va caminando y en todo lado “¡mirá mamá, enanitos, enanitos!”. A los papás les da vergüenza que no han educado a sus hijos. A veces uno les vuelve a ver la cara a los señores y no hallan ni dónde meterla.

Pero la verdad es que uno desayuna eso, almuerza eso; uno aprende a vivir con eso.

- ¿Ve alguna ventaja en ser pequeño?

Sí, como a uno lo tratan, siempre es el más consentido. Pero es vivir como cualquier otra persona.

- Si tuviera un hijo, ¿preferiría que también tuviera acondroplasia o que fuera del tamaño ordinario??

Lo que sea, porque al igual que yo, lo educaría para que él se pudiera valer por sí mismo. Y también si fuera un chiquito de tamaño promedio.

- ¿Cómo es vivir en un mundo de grandes?

Hay muchas cosas de adaptación que uno tiene que asumir, como, por ejemplo, los mostradores de los bancos. En mi caso, yo todavía alcanzo. De los pequeñitos, yo soy de los más altos.

Hay teléfonos públicos en ciertos parques que han sido remodelados y son bajitos, pero hay otros que no.

Usted se va a subir en un bus y ninguno baja rampa, la bajan solo para sillas de ruedas. A nosotros una grada de un bus nos llega casi por la cintura.

La vez pasada, para solicitar un permiso de placa en días de restricción, nos dijeron que nosotros no éramos discapacitados para solicitar esa clase de permiso. Es ahí donde vienen un montón de preguntas.

- ¿Es usual que la gente les ayude a subir a los buses?

No, muy poca gente.

- ¿Siente que es parte de una población olvidada del país?

En muchos casos, sí. En muchas cajas de trámites de diferentes instituciones del Estado, los mostradores son altos. Que han hecho algunas rampas, sí, pero uno tiene que lidiar con todo ese tipo de cosas.

- ¿Qué opina de la gente de tamaño promedio que no se acepta a sí misma?

Son limitaciones que la gente se las crea.

A uno que le andan gritando enano mañana, tarde y noche. Y yo no me siento fenómeno, me siento como cualquier otra persona, es más, hasta más querido que mucha gente.

¿Por qué una persona que es de tamaño promedio, que tiene muchas facilidades con todo, que no tiene ninguna limitación de tamaño ni de nada, no va a poder salir adelante?

- ¿Ha desarrollado alguna actitud frente a la vida, que le atribuya a su condición?

El ser perseverante, el ser entusiasta, el ver la vida de una forma alegre. Por eso opté por ser payaso. Lo vi como una muy linda opción, sentí que me podía liberar.