Boca San Carlos

Y al fin se hará la luz

Un proyecto de Coopelesca llevará electricidad hasta poblado norteño este mes

Boca San Carlos. - En este punto donde Costa Rica termina por el norte y el río San Carlos desemboca en el San Juan hay un pueblo que, en pleno siglo XXI, vive sin electricidad.Pero eso está a punto de cambiar. En este mes, los habitantes de Boca San Carlos verían "hacerse la luz". Hasta ahora, ellos forman parte del 2 por ciento de la población nacional que todavía vive sin fluido eléctrico.

Aquí el día empieza muy temprano, la jornada es larga y dura. Pero, estos sancarleños trabajan con ingenio y con amor.

El café no está listo con solo oprimir el botón. Es necesario prender el fogón, hervir el agua y chorrear.

Otros, como Flor María Ulate, se las ingenian para asar pan. El horno lo forman una cazuela, hojas de plátano y brasas.

Doña Rosa López es la experta en queso. Como no hay "refri", lo baña en sal todos los días: así lo conserva fresco dos semanas.

Cuando llega la noche es necesario ir por la candelas para iluminar la charla de la familia.

Doña Julia Vargas, una veterana del pueblo, pone dos en su cocina y así, alumbrada, por esas débiles llamitas, comienza a preparar con pasión y arte unos camarones sacados del río. Esa es una escena que se repite a diario a ambos lados del río San Carlos. Aunque le cueste creerlo, en este rincón de Costa Rica no hay "A todo dar", "Telenoticias" ni "Pasión de Gavilanes".

El tiempo entre la cena y la hora de acostarse se pasa conversando con la miembros familia y con los vecinos.

Así lo hace doña Julia. Cuando termina su faena en la cocina camina hasta el corredor a hablar con dos viejos amigos. La charla está intercalada por risas, refranes y recuerdos.Por ejemplo, ironizan recordando cuando caminaban entre barriales para ir a votar cada cuatro años."¡Qué inocentes! Todo lo que hacíamos por esos viejos... (los políticos) ¡Ahora no me agarran en eso!", afirma doña Julia. Y, claro, también dedican tiempo a especular sobre los cambios que ocurrirán en el poblado cuando haya electricidad. Piensan que perderán mucha de la tranquilidad de la que ahora disfrutan.

Siguen hablando hasta que los bostezos invitan a dormir. Se acostarán a oscuras, pero saben que eso será pronto algo del pasado. Todos en Boca San Carlos están a punto de disfrutar los placeres del fluido eléctrico. Pero quizá también están a punto de perder algo de inocencia.

Un sueño de 15 kilómetros

En Boca San Carlos ya perdieron la cuenta de cuántos años han luchado y esperado el servicio eléctrico. La ausencia de 15 kilómetros de cableado, hasta Boca Tapada, aunque parece poco, los ha mantenido marginados. Sin embargo, un proyecto de ¢48 millones llevado adelante por la Cooperativa de Electrificación Rural de San Carlos (COOPELESCA), el PL480 (programa de ayuda de Estados Unidos), el ICE y la comunidad harán de ese sueño una realidad este mes. La mayor parte de los 150 postes e incluso el cableado ya están colocados.

En total se beneficiarán unas 75 familias de los poblados Boca San Carlos, La Flor y El Recreo. El servicio también llegará hasta las pulperías, la escuela, el colegio que opera bajo la modalidad de Telesecundaria, así como el puesto de salud y de la policía.

Cuando tengamos electricidad...

Conforme la compañía encargada de la electrificación rural avanza, los vecinos de Boca San Carlos sueñan con todos los proyectos que desarrollarán con la energía eléctrica. Y sueñan en grande. "En esta finca vamos a instalar una lechería y pensamos contar con una fábrica de queso. Solo eso implica contratar a dos empleados más en la finca", comenta optimista Víctor Acuña.

Otro plan es instalar una fábrica de block con lo que aumentaría el empleo. Ya cuentan con la máquina, pero no hay donde enchufarla. Las mujeres apuestan a tener un mariposario y a la cría de langostinos, pues se cree que con la electrificación aumentará el turismo, pero también pretenden cerrarle la puerta a la caza ilegal de camarones.