Cuesta reclutar "gente buena y honorable"

Políticos corren: peligro de extinción

Nueva Ley de Enriquecimiento Ilícito los espanta

En aprietos se están viendo varios candidatos presidenciales a la hora de buscar "buenas personas", para ofrecerles una diputación o un eventual ministerio.

La primera razón para el "no, gracias" es la nueva Ley de Enriquecimiento Ilícito, que obliga, por ejemplo, a reportar hasta la ropa interior y hace incompatibles incluso las pequeñas empresas familiares.

La segunda, es la atmósfera de que "en política todo huele mal", que quedó tras los escándalos de corrupción del año anterior.

Otto Guevara, candidato Libertario, reconoció que "una persona excelente y muy querida declinó ser diputada para no dañar una empresita de su hermana, quien desde hace años le vende al Gobierno. La satanización de la política aleja a gente buena".

Antonio Álvarez, de UPC, también ha vivido esta situación. "Personas muy buenas me han dicho que con mucho gusto me ayudan, pero que jamás en ir al Gobierno con esa ley que no está atacando la corrupción, sino que se fue a detalles menores que hacen prácticamente imposible que alguien quiera meterse en política", aseveró.

Óscar Arias dice que aún no le ha pedido a nadie que lo acompañe en su fórmula, pero ve conveniente reformar esa ley, que obliga a "hacer declaraciones vergonzosas sin ninguna razón de ser, porque será muy difícil que gente buena y honorable quiera ir a la función pública".