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Búsqueda por mar y tierra Rastro de niños es un misterio A 48 horas del accidente, se dificulta hallar los cuerpos de dos pequeños de 9 años Álvaro Sánchez CórdobaColaboraron Mercedes Agüero,Julio Peña y José Carballo. alvarosanchez@aldia.co.cr Isleta Plata, playa Flamingo.- Una patrulla con diez personas se internó ayer por más de tres horas en la isla Plata, ya que una de las hipótesis es que los niños Tyler Ruetz (conocido como Jack, de 9 años) y Connor Kells (9 años) habrían sido lanzados desde la avioneta minutos antes de precipitarse al mar, pues viajaba con una de las puertas abiertas y a muy baja altura, según testigos.
La búsqueda terminó sin rastro de los dos pequeños que falta por hallar luego de la tragedia aérea ocurrida el sábado.
Hasta ayer se pensaba que los menores desaparecidos eran los hermanos Ruetz, sin embargo, el padre de ambos reconoció en la Medicatura Forense a uno de ellos, Justin (12 años). Por tanto, faltan el pequeño Connor (hijo de Paul) y Jack. Los socorristas manejan, entre otras posibilidades, que los menores podrían estar sumergidos en el mar a unos 40 metros y sujetos a sus asientos por los cinturones de seguridad, en el punto donde el domingo se rescató el cuerpo del piloto, Gregory Gund, y parte del fuselaje de la nave. Otra de las teorías es que los cuerpos pudieron ser arrastrados por las corrientes hacia el norte del Pacífico, pues ayer fueron muy intensas, explicó Jorge Benavides, subdirector de Salvamentos de la Cruz Roja. Eduardo Monterrey, experto en rescates acuáticos, dijo a Al Día que los cuerpos salen a flote si no tienen heridas en el estómago y los pulmones, de 24 a 48 horas después del incidente. Tras ese tiempo los socorristas tienen entre 7 y 8 horas para dar con ellos, ya que el cuerpo no resiste más la presión y estalla, se empieza a desangrar o puede ser presa de un animal acuático. Luego vuelven a hundirse "Ya se nos cumplieron las 48 horas, pero queremos ver el asunto con positivismo. Mañana (hoy) vamos a entrar con todo a tratar de encontrarlos. Tendremos una búsqueda minuciosa", manifestó Tobías Alfaro, jefe del operativo de rescate de la Cruz Roja. Pescadores y buzos de la zona rescataron minutos después del accidente a tres de los fallecidos, Cindy Ruetz y su hijo Justin y Paul Kless (padre de Connor). Seis lanchas con cruzrojistas y expertos en rescate acuático recorrieron ayer las islas Danta, Dantita, Plata, Cabo Velas, Isla Conejo, Amor, Zapotal y Pan de Azúcar, pero no hallaron rastro alguno. En total, recorrieron un diámetro de unos 100 kilómetros desde el punto del accidente a unos 4,5 kilómetros de playa Flamingo, frente a Isla La Catalina. Ayer, un grupo de amigos de los Ruetz, encabezado por el abogado de la familia, José Jakson Castillo, se unieron a la búsqueda por otros puntos de la costa, entre Tamarindo y Flamingo utilizando "kayaks". "Eran clientes y amigos nuestros, y pondremos nuestro granito de arena, y no descansaremos hasta que aparezcan", aseveró Castillo. También se hicieron patrullajes a pie desde playas del Coco hasta Tamarindo. La búsqueda continuará hoy desde las 8 a.m. por mar, tierra y aire. |
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¿Y mi otro hijo? Sylvia Alvarado y Mónica Umaña, enviadasalvarado@aldia.co.cr Flamingo y Heredia - Don Ruetz tiene muchas razones para sentirse abatido y querer estar solo. Ayer, a las 9 a.m., dijo a un equipo de Al Día, en Tamarindo, que se trasladaría a Heredia a "recoger a su esposa". Eso es lo que creía.
Pensaba que pasaría un trago amargo en la Morgue Judicial reconociendo el cuerpo de su esposa Cynthia, conocida como Cindy. Pero pasó dos. Manejó casi 250 kilómetros en compañía de su hermano y dos amigos pensando en que sus dos hijos, Tyler, conocido como Jack, de 9 años, y Raymond Justin, de 8, seguían desaparecidos. Creía que el cuerpo del niño encontrado el sábado era el de Connor Kells, también de 9 años e hijo de su amigo Paul. Pero en el frío edificio de San Joaquín de Flores encontró, junto al cádaver de su esposa, el cuerpito de Justin, su hijo menor. "Está muy mal. Él no esperaba encontrarse a Justin, pensaba que era el amiguito", dijo una allegada a la familia, quien corroboró que los tres niños abordaron la avioneta, el sábado. Ahora se encuentra en una encrucijada. "¿Qué puede ser peor: seguir pensando que ambos hijos están desaparecidos, con vida tal vez, o tener seguro que al menos tiene el cuerpo de uno?", dijo otra persona cercana. Ruetz tampoco quiso hablar ayer. Su rostro de tristeza lo decía todo. Con el reconocimiento de Justin, se confirma que los dos niños que siguen sin aparecer son Jack, su otro hijo, y Connor. Ruetz y sus acompañantes llegaron ayer, a las 3:40 p.m., al complejo de Ciencias Forenses, donde se reunieron, durante una hora, con el jefe de Medicina Legal, Luis Del Valle, y dos funcionarios de la Embajada de Estados Unidos, que acudieron a ayudarles con los trámites de defunción y el posible traslado de los cuerpos a ese país. |
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Familia le dijo adiós en el mar Mónica Umañamonicau@aldia.co.cr Playa Avellanas, Guanacaste. Una avioneta empezó a surcar el cielo a las 5:45 p.m. Las anécdotas sobre Greg Gund se mezclaban con las candelas encendidas alrededor de ramos de flores, una tabla de surf y fotografías.
"Este lugar es muy especial para mi. La primera vez que vine a visitar a Greg, me levantó a las 4 a.m., para ver salir el sol. Quería estar en la playa antes que los demás. Todos nos han dicho lo especial que era", dijo George Gund, su padre, con la mirada fija en la arena. "A Greg le gustaba mucho surfear en esta playa y volar sobre el agua. Amaba este lugar", relató su madre Theo Gund. Ellos, y unos 80 amigos del joven piloto, le rindieron honor ayer, en la Hacienda Pinilla, conocida por sus amigos como "Secret Point Park". En California, 500 personas más harán lo mismo, dijo su mamá, quien se mostró simpática y tranquila. Ellos no han querido reconocer el cuerpo, por su estado de descomposición, pero tienen todo listo para cremarlo y dejar la mitad de las cenizas en Costa Rica y la otra mitad en su país natal. La noche ya había caído, los Gund seguían recibiendo abrazos y se preparaban para regresar esta misma semana a California, con la tristeza a cuestas. |
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