Franklin Chang mira al país con preocupación y esperanza

"¡A votar!, o nada cambiará"

Astronauta cree que abstencionismo sería un grave error de los ticos

¿En qué se asemejan el desastre del transbordador espacial Columbia a la situación de Costa Rica? Parece una pregunta compleja, pero Franklin Chang ya tiene respuesta. Es un paralelo que explica con pasión, moviendo sus manos desde el espacio hasta la tierra, con mirada inquieta...

"Cuando uno ve ciertos desgastes o problemas en su país, y se queda callado, creo que es tan culpable como el que es responsable de esos problemas", dijo ayer, entrevistado a las 2 p.m. por Al Día, en el Hotel Marriott, San Antonio de Belén. Luego, respira hondo y añade: "Al hacer la retroinspección de lo del Columbia, nos dimos cuenta de que todos en la NASA tuvimos cierta culpabilidad, pues no levantamos la voz cuando vimos ciertas cosas que estaban pasando, y esperamos que los que estaban al mando tomaran las decisiones correctas. Eso no es justo para nadie".

El Columbia se desintegró al regresar a la Tierra, el 1 de febrero de 2003, cobrando la vida de sus siete tripulantes.

Ahí es donde lanza su comparación y alza la voz: "En Costa Rica tenemos un grupo dirigente, pero el pueblo también tiene la responsabilidad de velar por lo que aquí pasa. No podemos desconectarnos de nuestra responsabilidad como ciudadanos".

Después, Chang deja claras sus preocupaciones: "Vivimos encerrados, en un país atemorizado por la delincuencia. No acatamos las leyes del tránsito. No acatamos las leyes. Es un país que se jacta de ser pacífico, pero que está sumergido en la violencia y la acepta como parte de la vida. Yo decidí que, como ciudadano, no debo quedarme callado. Tengo que hacer algo".

Por lo mismo, el científico pega el grito al cielo contra las amenazas de alto abstencionismo, en el 2006, y la apatía de un pueblo herido por la corrupción de unos pocos. "Eso sería lo peor, porque, al renunciar a ese voto que tenemos para cambiar el país, estamos dándonos por vencidos y aceptando que todo siga como está. Hay que tomar conciencia de nuestros problemas, y no solo esperar las soluciones de los políticos. Somos los costarricenses los que podemos cambiar Costa Rica".

Ahí, el astronauta encuentra la justificación para decir "no" a la política. "No siento en el vientre ese gusanito de la política. Pero sí quiero ayudar al país". Pero ésa es solo una parte: "Yo tengo, gracias a Dios, la ventaja de poder comunicarme tan fácilmente con un presidente de un partido como con el del otro. De cualquier lado. Ninguna tendencia política va a poder darme eso. Ninguna".