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 Sucesos Martes 19 de julio, 2005, San José, Costa Rica.
 

Juan Carlos Cubillo fue sepultado el viernes en Santa Cruz

Toros cobran nueva vida

Montador vivió agonía de dos días, tras sufrir muerte neurológica

Julio PEÑA, corresponsal, y Rodolfo MARTíN

Santa Cruz, Guanacaste.- "Fiesta brava en Guanacaste, hombres llenos de valor van buscando el mejor toro de todita la región". Así describió el cantautor guanacasteco Carlos Rodríguez lo que es una vivencia diaria en la pampa: la monta de toros al mejor estilo guanacasteco, aunque en ello se jueguen la vida.

Alta presión

Los segundos antes de la monta son eternos para el montador. Ahí se ponen las espuelas, se "alista al toro" y se subirán a su lomo.

"Pegado como un mazate al cuero del animal, se defiende con honor la tradición" Carlos Rodríguez, cantautor guanacasteco

Juan Carlos Cubillo, sepultado el viernes en Santa Cruz, es el más reciente de una larga historia de montadores que con su muerte, pagaron el precio por mantener una tradición casi centenaria.

Además:

  • Una mala corazonada
  • Cubillo, de 27 años, era casado y con cinco hijos. Karla, la menor, no lo conocerá, pues el mismo día que nacía en el Hospital de Nicoya, su padre caía bajo la furia de un toro. A San Vicente, comunidad a 20 kilómetros de Nicoya, Cubillo llegó con fama de "buena pierna", como se califica entre los montadores a quien por su destreza, valentía y arrojo vence la fuerza del animal. Aunque su especialidad era la monta con albarda, temida por los montadores por el riesgo y peligro que conlleva, en San Vicente decidió hacerlo solo con pretal y espuelas corredizas.

    El montar toros de más de 500 kilos, requiere de mucha fuerza, valor y habilidad, pues el animal, al sentir "caerle las chocollas", lucha con diferentes saltos y cabeceos por quitarse al jinete.

    El domingo era el último día de fiestas y se montaban toros de la Hacienda Nueva Esperanza. En la manga, nervioso, resoplando de furia, estaba "El malacrianza", uno de los mejores de la Hacienda, color negro, paludo y "mañoso", seg´ún los montadores. Como otras veces, en 12 años de hacerlo, Cubillo subió al lomo del toro, con su mano derecha le dio unos golpecitos al "morro" y lanzó el típico grito de "...puertaaaa... ".

    "El malacrianza" partió como un rayo, primero duro a la derecha, volvió sobre la izquierda, y dio un giró. Cubillo apretó las espuelas y sobrevino la tragedia.

    Dagoberto Rodríguez Noguera, quien vaqueteaba ese día, fue testigo directo de la muerte de su amigo. Él vivió así el momento:

    "el toro salió y como a los 20 metros se fue de rodada, cuando se enderezó, Juan Carlos iba con él, iba bien, cuando vuelve a brincar se viene de cinchazo, hacia atrás. Como buen montador, Juan Carlos no aflojó las espuelas ni soltó el pretal, y pegó la cabeza contra el suelo". Inmediatamente, es llevado al Hospital de Nicoya, pero debido a su gravedad fue enviado al Mexico donde ingresó con muerte neurológica. La agonía se extendió por dos días.

    Historial

    5 de junio 2004

    José Andrés Chévez Young, de 26 años, quien murió en Bagaces montando al "Pénjamo".

    31 diciembre 2004

    Luis Guillermo Vargas Chavarría, de 20 años, pereció en Buena Vista de Cañas Dulces, Liberia.

    17 febrero 2002

    Christian Monestel Zamora, de 21 años, murió en Bijagua de Acosta.

     

    Foto: 1020902
    La monta perdió, el martes, a uno de sus exponentes
    Julio PEÑA

    Una mala corazonada

    Quienes acompañaron a Juan Carlos Cubillo en las fiestas de San Vicente, aseguran que el montador presentía que algo estaba por ocurrirle. El viernes 8 de julio, el primer día de fiestas, Juan Carlos y sus hermanos, Ángel y Willy, montaron toros de la Nueva Esperanza.

    Ese día, la sombra de la muerte acechaba a los hermanos, dos de los toros se cayeron y el tercero "rebotó" espectacularmente contra las varas. Sin embargo, ellos salieron ilesos. Al día siguiente, en la rifa, le correspondía montar al "Chonchonita", pero el mandador le cambió el toro. En su lugar, saldría sobre "El Malacrianza", ya que se debía "casar" a la "mejor pierna" con el mejor toro.

    Esto no es bien visto, porque según ellos trae mala suerte. Sentado sobre "El Malacrianza", Juan Carlos sacó un pedazo de papel del pantalón, se lo dio a un amigo y le dijo: "si algo me pasa llama a mi esposa a éste número". Y el toro saltó a la plaza: fue la última "jugada" de Cubillo.

    Foto: 1020912
    A Ángela Rodríguez le sobreviven cinco hijos
    Julio PEÑA

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