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MEP preocupado por 1.292 casos de menores embarazadas solo en el 2004 Madres desde los 13 años Relaciones sexuales a corta edad y casos de violación son algunas de las causas Alejandra Madrigal Ávilaalemadrigal@aldia.co.cr Laura tiene 13 años, sus pies están hinchados y le cuesta dormir boca arriba. Ya tiene seis meses de embarazo. A diario, toma un centímetro y mide su vientre. "Tengo 89 centímetros. ¿Grande verdad?", dijo con entusiasmo y una mirada chispeante.
La niña salió de una escuela pública, de Barrio Cuba, tras ser violada y quedar embarazada. A pesar del temor, que siente cuando habla de la violación, desea que nazca su bebé. "Es mi hijo, y lo querré mucho". Laura forma parte de una preocupante estadísticas de niñas y adolescentes embarazadas que, según el Ministerio de Eduación Pública (MEP), tiende a crecer y a más corta edad. El año pasado se reportaron 1.292 casos, 257 más que en el 2003. Del total de casos del 2004, 320 menores, entre los 13 y 15 años, iban embarazadas a clases. Para este año, la cifra de emabarazos superaría la reportada en el 2004, lo que para Rocío Solís, directora de la Oficina de la Niñez y Adolescencia del MEP, es dramático, ya que las estudiantes, en su mayoría, presentan serias limitaciones económicas. "No sacarlos de estudiar" "Sabemos que hay más casos y, por eso, algunos centros trabajan en prevenir los embarazos. Lo importante, es que los padres de familia y los educadores no les nieguen, a las menores, su oportunidad de estudiar", comentó Solís. En el 2004, 61 casos fueron en escuela y 1.231 en el colegio, informó el MEP. Pero no todos los embarazos en niñas y adolescentes son por agresiones, algunas manifestaron que no se cuidaron al tener relaciones. Sofía tiene 17 años y es vecina de Heredia. Ella cuenta que lo más difícil, de estar embarazada, es "el hambre que le da". Para Andrea, de 15 años, lo que más le incómoda es que no le queda su ropa. |
"Añoro tener a mi niña" Christian Campos, corresponsalPuntarenas. - Maite, de 17 años, no escucha a su profesor de Estudios Sociales, que les habla de "La caída de hegemonías del este europeo". Su mente está en otro lado: soñando con las colas y los vestidos que le comprará a su bebé. Ella tiene siete meses de embarazo. Maite dijo tener un deseo infinito de cargar pronto a su hija. "No sé en que momento fue, pero me volví de niña a mujer y, eso, ahora me cambia la vida para poder asumir mi maternidad, que no repudio, sino al contrario, es mi felicidad". Ella recomienda a sus compañeras que se cuiden - que usen preservativos- porque, aunque desde ya ama a su hija, sabe que viene una etapa muy dura "Para nosotros todo es como color de rosa. Casi siempre creemos que para estar felices hay que estar en bailes, discotecas y teniendo relaciones sexuales. Uno no se queda embarazada por tonta. Aunque llegue a usar condón, nunca creí que eso me pasara a mí" comentó. |
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Les tienden la mano Un apoyo para las niñas embarazadas y para otras, que estén en riesgo de estarlo, es el trabajo de voluntarios, agrupados en organizaciones privadas, que laboran en comunidades, con mucha pobreza, como es La Carpio. Hace ocho meses comenzó a funcionar, en esa localidad, "Cristo para la Ciudad", que es una organización sin fines de lucro. Su psicóloga, Marielos Ramírez, manifestó que comenzaron a trabajar, en la prevención de embarazos, con ocho niñas y ahora tienen más de 50 integradas a charlas. Algunas de ellas ya están embarazadas, agregó. "Es increíble como ellas mismas han traído a sus amigas. Les cuentan que acá tienen un lugar donde desahogarse, donde llorar y contar sus problemas", dice Ramírez. La decisión de trabajar en la prevención de la sexualidad, y en el tema de los embarazos, nació luego de que al EBAIS de La Carpio empezaran a llegar menores, entre los 14 y 15 años, embarazadas. La psicóloga añadió que la mayoría de las niñas son indocumentadas, con muchas necesidades económicas y que viven en un entorno muy complicado. "Las familias están conformadas por hijos de diferentes papás, donde las niñas mayores cuidan a sus hermanas y que, por vivir en pequeños ranchos, son propensas a la promiscuidad, pues en ocasiones ven a sus padres teniendo relaciones sexuales", dijo. La experta asegura que han logrado que las menores se sientan seguras con el apoyo que ellos le brindan. |
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