Pido la palabra
ZOOcielo Ana Coralia Fernández, periodista paradigma@racsa.co.cr
El tema es polémico: ¿van los animales al cielo? Matemática simple: si se tiene como recompensa un "más allá", de acuerdo con nuestras acciones en el "más acá", seguro que sí.
Así como quebrar un lápiz, una vida terminó de pronto y tan sin gracia...
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No busco establecer una discusión filosófica sobre el tema, pero sí compartir con ustedes la idea de un buen amigo, respecto a los corazones amarillos con aureola que aparecen pintados sobre las carreteras.
Ellos nos recuerdan que un ser humano murió en el sitio. Seguro, su ánima llegó despilotada a donde San Pedro, sin caer en la cuenta de que había entregado el alma a Tatica Dios.
La idea de mi amigo es ampliar el rango del corazón amarillo con aureola a figuras de animales silvestres y domésticos, para recordarnos que miles de seres, con formas de vida distintas a la nuestra, también mueren destripados en las carreteras, gracias a conductores que desplazan al velocímetro de su auto sus deseos de grandeza.
Sería interesante visualizar pizotes, serpientes, zopilotes, zorros, perros, gatos, caballos, dantas y otros en figuras amarillas pintadas, y no solo untadas sobre la pista, para hacernos reflexionar sobre nuestras actitudes y valores.
Además, y esto ya es de propia cosecha, no cualquier país ofrecería al turismo local y extranjero una red vial decorada, de pe a pa, con corazones y animalitos "aureoleados", que compartieron la desdicha de ser catapultados al otro mundo sin decir ni pío.
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