Purral, Guadalupe

Salió a divertirse y lo mataron

Carlos Roberto Mejías Morales, de 21 años, recibió dos disparos: en la cabeza y tórax

Guadalupe. - Carlos Mejías Morales, de 21 años, no le aguantaba nada a nadie y esa actitud, según sus familiares, fue el detonante para que otro hombre lo asesinara a balazos, la madrugada de ayer en el Alto de Guadalupe.

Mejías salió de su casa, ubicada en la urbanización Alemanias Unidas, Purral de Guadalupe, a las 8 p.m., con el único fin divertirse la noche del domingo.

Junto a un amigo se fue al bar La Cueva, en el Alto de Guadalupe, y estuvo allí durante un rato.

Mejías fue interceptado por varios hombres cuando salió del bar y uno de ellos le disparó luego de una discusión.

Los familiares de la víctima desconocen las causas del pleito, pero reconocieron que Mejías no se dejaba de nadie.

El joven recibió dos balazos mortales.

Uno en el tórax y otro en la parte izquierda de la cabeza.

Sus amigos lo montaron en un automóvil rumbo al Hospital Calderón Guardia.

Sin embargo, una unidad de la Cruz Roja lo atendió en el cruce de Moravia con Guadalupe.

Los cruzrojistas reportaron que Mejías estaba dentro de un vehículo particular sin signos vitales ni respuesta de vida.

Mejías tenía un disparo en su cabeza y en el tórax. La Cruz Roja trató de estabilizarlo, pero luego de 25 minutos de trabajo lo declararon fallecido.

La policía judicial sospecha que los agresores son de Los Cuadros de Guadalupe.

"No pudieron con golpes"

William Mejías y Pedro Chaves, hermanos de Carlos, aseguraron ayer que los asesinos no pudieron callar con golpes a su hermano y por eso recurrieron a los balazos.

Carlos Mejías trabajaba como polaco con William. "Vendíamos en los barrios del sur de San José. Era un muchacho muy trabajador que no le tenía miedo a nada", dijo Mejías.

Es esa actitud la que lo llevó a la muerte.

"Desconocemos qué pasó, pero de seguro que hubo una discusión y mi hermano se fue a los golpes con alguien"; comentó Mejías.

Algunos vecinos que no quisieron identificarse lo calificaron como un muchacho tranquilo y buen amigo.

"Le gustaba irse de fiesta como cualquier joven de su edad. Acostumbraba ir a ese bar porque queda cerca de la casa y la pasaba bien", comentó Mejías.