Comunidades exigen cumplimiento de lo ofrecido en campaña

Promesas y promesas, ¿y los policías dónde están?

Cada oficial debe velar por seguridad de 522 costarricenses. 1.700 están incapacitados

"El camino al cielo está lleno de buenas intenciones y no de promesas". Ese el sentir popular, en relación con la seguridad ciudadana, pues tras 100 días del Gobierno de Arias, nadie sabe ¿dónde están los policías ofrecidos durante la campaña política?.

Comisarías cerradas, policías sin salir de sus delegaciones o haciendo trabajos administrativos y nadie en la calle patrullando, mientras los hampones hacen de las suyas en todo el país.

La molestia entre los ticos es evidente, pues desde el 5 de junio del 2005, cuando fue ratificado como candidato presidencial, Arias dijo que los 9.363 policías son insuficientes para atacar al crimen, por lo que se comprometió a crear 4 mil plazas más. En Costa Rica, cada oficial debe velar por la seguridad de 522 ticos.

El ministro de Seguridad, Fernando Berrocal dijo tras ser nombrado como responsable de esa cartera, el 3 de mayo del 2006, que sacaría la policía a la calle y que al finalizar el año, por lo menos 500 oficiales más, se sumarían al cuerpo policial.

Sin embargo, nada eso ha pasado, tanto en Purral, como en San Sebastián, León XIII, Tibás, Alajuela, Puntarenas, Limón, Guanacaste, Cartago y San Carlos, en todo el país, la situación sigue igual que siempre. No hay personal para patrullar y los hampones dominan las calles.

Según Berrocal, cuando asumió Seguridad no se imaginó que 1,700 oficiales (18 por ciento de la Fuerza Pública) estaban incapacitados y menos aún, que tendría que luchar contra "una cultura".

"Dimos órdenes, para sacar a mucha gente a la calle, porque los efectivos no patrullan. Ese es un cambio lento que se implementará", dijo Berrocal, quien aseguró que al menos 300 efectivos con labores administrativas, tendrán que salir a patrullar.

El ministro manifestó que en diciembre se habrán incorporado 500 oficiales a las calles, tras cumplir con un proceso de capacitación. Berrocal dice que el cambio ha sido lento, pero eficaz.

En Hatillo usaban caseta de sanitario

Hace tres años, los vecinos de Hatillo 3, hicieron rifas, bingos y otros malabares, para construir la Inspectoría general de la Fuerza Pública de la comunidad, la cual se encargaría de velar por la seguridad de los vecinos.

Sin embargo, la alegría no duró mucho, pues la falta de personal, hizo que la presencia policial en la zona, no fuera permanente, sino solo por ratos.

Martiza Rojas, vecina de la comunidad, indicó que "la caseta se convirtió solo en un sanitario para los policías, porque solo vienen a eso y nada más".

Mauricio Abarca, lamentó que hayan cerrado la delegación, porque "hay muchos robos".