Hace 4 años viajó a Colombia, para recibir un implante en el oído

Ingrid venció la sordera y ahora escucha, habla y lee

La Caja le financió un implante similar a 30 personas en el país, otras 15 están en espera

Ingrid disfruta de sus clases de danza y está aprendiendo a tocar piano y guitarra gracias a un implante en su oído que le permitió vencer la sordera.

Esta pequeña tiene 6 años, y los últimos cuatro ha tenido un implante coclear, que le permitió escuchar y aprender a hablar.

Ingrid Hidalgo Arroyo padece sordera total, debido a que su madre contrajo rubéola durante el embarazo. Fue en mayo del 2002 cuando le colocaron el implante en el hospital Militar de Bogotá, en Colombia.

"Hoy (ayer) estuvimos en una actividad del kínder por el día de la madre, y ella participó de los bailes. Yo la grababa y al mismo tiempo estaba llorando, sentía una doble emoción de verla de tu a tu con los otros compañeros, sin ninguna diferencia. Es una cosa increíble", aseveró ayer Kattia Arroyo, la mamá de la menor.

"Estamos profundamente agradecidos con la gente que colaboró para que pudiéramos operar a Ingrid, ahora ella tiene las puertas abiertas en la vida para lo que sea", agregó Arroyo.

Por eso, tanto ella como su esposo Víctor Hidalgo y su hijo mayor, Diego, no dudan en recomendarle a otros padres, cuyos hijos padecen de sordera, que consideren la opción de un implante.

En el país, el único hospital de la Caja que hace estas cirugías es el México, donde a la fecha se han realizado aproximadamente 30 implantes cocleares. Otros 15 están en lista de espera.

Los pajaritos

Ahora Ingrid estructura oraciones, y escucha desde los pajaritos hasta las ambulancias. Además recibe terapia permanente para mejorar su pronunciación y conocer nuevas palabras, con la especialista Karla Pozuelo.

La niña asiste al kínder Santa Lucía, en Pavas, y ya aprendió a leer oraciones simples.

El implante que usa está directamente conectado a su cerebro, y tiene cuatro partes. La primera captura el sonido y lo envía a un procesador, que lo convierte en señales eléctricas.

Esas señales se dirigen a una pieza colocada en la cabeza, que a su vez envía la información a través de la piel al implante, usando una señal de radio.

De ahí el sonido llega al nervio de la audiencia situado dentro de la cóclea, para facilitarle a Ingrid la audición.

"Hemos tratado de darle una vida normal para que evolucione bien. Todo esto lo logramos gracias a Dios, a la terapia de Karla y a nuestros amigos", indicó el papá. Agregó que en todo momento le han dejado claro que ella es sorda, y por eso cuando no usa el implante, lee los labios para entender a quien le habla.

Diego, hermano de Ingrid, ya decidió que estudiará electromedicina, para ayudar a otros, como lo hicieron con su hermana.