Pido la palabra

Cuando hagamos cine de verdad

Me hacía gracia que cuando se estrenaba una película o una serie de televisión costarricense, se hablara de un "estreno mundial". Me parecía pretenciosa esa manera de catalogar un estreno.

Pero pensándolo bien, las películas y series de televisión siempre tienen la posibilidad de llegar al mundo entero. Porque -aunque sea para relleno- si las adquiere una distribuidora que las envía a las salas de exhibición o las "sube" al satélite, el destino de tales obras puede ser todo el orbe.

En cambio, el camino para otras obras de arte, o para otro tipo de manifestaciones científicas y tecnológicas es mucho más difícil, tortuoso y lento. Necesitan del proceso de ser reconocidas, distinguidas, laureadas y demás, para que alcancen dimensiones universales.

La nueva tecnología digital está abriendo la posibilidad de alianzas insospechadas. A través de la Asociación de Televisoras Educativas de Iberoamérica, pronto intercambiaremos obras audiovisuales con todo el planeta, a muy bajo costo.

Ello permitirá que nuestros productos audiovisuales terminen plantados ante los ojos de los lisboetas, los patagonios o los manileños, para citar solo algunos de los habitantes del mundo. Globalización, pero sin perder nada de nuestra identidad, manera de ser o pensamiento. Más bien, llegarían tan lejos por tener estos atributos. Ese será el día en que haremos estrenos mundiales de verdad.