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Lunes 24 de julio, 2006, San José, Costa Rica. |
Wanchope tiene antecesores El Sur les dejó muchas enseñanzas Jugadores ticos cuentan sus vivencias en el fútbol argentino y uruguayo Juan Diego Villarrealjvillarreal@aldia.co.cr
Títulos, goles, lesiones, alegrías y sinsabores, son algunas de las anécdotas que vivieron varios jugadores costarricenses que en la última década jugaron en Sudamérica, sobre todo en Argentina y Uruguay. Los jugadores Roy Myers, Javier Wanchope y Johnny Woodly, quienes actuaron en Uruguay, y Kervin Lacey, quien estuvo entrenando en el Independiente de Avellaneda, cuentan parte de su aprendizaje en estas tierras donde el balompié se vive muy diferente, tal y como lo está comprobando Paulo Wanchope, en sus primeros días en Rosario. Woodly era el último tico que había probado suerte en suelo sudamericano, al jugar en el Miramar Misiones de Uruguay en la campaña anterior, bajo el mando del técnico Manuel Keosseian. "Desempeñarse en Suramérica te ayuda como jugador a madurar. El fútbol es muy competitivo, los equipos no tienen mucha diferencia y cualquiera puede ser campeón, como el cuadro de Rocha, uno de los conjuntos llamados pequeños, que fue monarca en el tiempo que yo estuve", dijo Woodly, hoy en el Brujas. En su estancia Johnny anotó cuatro goles en 14 partidos como titular e indicó que su mejor momento fue haber enfrentado a la Selección de Uruguay. "Al ser el conjunto revelación nos escogieron para jugar contra la selección charrúa. Fue muy bonito. El partido se celebró en el estadio Centenario donde estaban todas sus estrellas como Diego Forlán, Álvaro Rocoba, Pablo García y Paolo Montero. Para mí significó una gran oportunidad". En 1992, tras el Mundial de Italia 90, Roy Myers y Javier Wanchope irrumpieron en los archienemigos Peñarol y Nacional de Uruguay, respectivamente; ambos, a pesar de ser muy jóvenes, fueron toda una sensación. El mayor de los Wanchope recuerda: "Cuando llegué a Nacional el equipo tenía como 10 años de no ser campeón y en la primera temporada logramos el título tanto en la primera división como en lo que se puede llamar reserva". "Ese año sólo jugué con la reservas, pero al siguiente alterné con la primera y volvimos a ser campeones. Allí adquirí mucho roce internacional y me ayudaron a jugar como un verdadero centro delantero, fui más goleador y con el tiempo, el Saprissa fue el conjunto que más se benefició en ese aspecto". Javier guarda un grato recuerdo del primer cetro cuando vencieron a Peñarol y se dejaron el primer lugar, después de una década de frustraciones. "Recuerdo que en aquel partido Jorge Dely Valdés anotó y lo celebramos bailando salsa en una esquina, porque a los dos nos gustaba esa música. También era diferente para mí las concentraciones porque en toda la semana prácticamente cinco días estamos concentrados para jugar los compromisos de Copa Libertadores y el torneo nacional". Junto a Javier, Roy llegó a los "aurinegros" y aunque tuvo bastante participación, una lesión en su tobillo derecho terminó con su actuación con el Peñarol y lo hizo regresar a Costa Rica, a pesar de tener grandes condiciones para quedarse jugando. La última incursión de un tico en Sudamérica fue la del volante Kervin Lacey, quien estuvo en 1997 en una prueba con el Independiente de Avellaneda. Lacey aseguró que no se quedó porque su representante no se puso de acuerdo en la parte económica, pues indicó que en lo deportivo ya había visto bueno. No obstante, confesó que vivió una gran una experiencia al poder entrenar en una liga tan exigente y de grandes figuras. "Aprendí mucho en mi estadía en Argentina. Es un fútbol muy profesional y uno aprende a trabajar en ese entorno donde hay mucha exigencia", dijo Kervin. "Siento que hice un buen trabajo, anoté goles y realice buenos partidos amistosos. También compartí con grandes figuras como Esteban Cambiasso, el arquero colombiano Farid Mondragón, el paraguayo "Toro" Acuña y el técnico César Luis Menotti, quien dirigía al club.
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Apasionados por un balón La efervescencia que provoca el fútbol, se vive de una manera diferente en el Sur Juan Diego Villarrealjvillarreal@aldia.co.cr En pocas partes del planeta, se vive la pasión en el fútbol como se desborda en Uruguay y Argentina. No tiene comparación. Así lo recuerda Javier Vicente Wanchope, en una peculiar anécdota futbolera. "Cuando Roy y yo llegamos a Uruguay eramos amigos, vivíamos en apartamentos muy cercanos e incluso andábamos juntos en Montevideo" dijo Wanchope. "Pero como él jugaba para el Peñarol y yo para el Nacional, un día la directiva del club me citó a una reunión y me llamaron la atención, pues me dijeron que no era bien visto por la hinchada. A ese extremo llega la rivalidad". Kervin en Argentina también pudo constatar el ambiente y la pasión que se vive en ese país. "Sinceramente el fútbol se vive de una forma muy apasionada en los estadio y por los aficionados que asisten", dijo Lacey. "Es un ambiente muy distinto a otros países, la gente apoya incondicionalmente en el estadio y fuera de él con cánticos y música es inigualable". Woodly en Uruguay también comprobó como la gente se "mete" en los compromisos. "En países como Argentina y Uruguay la afición es muy apasionada vive el fútbol con intensidad porque es el deporte número uno", confesó Woodly. "Un ejemplo eran nuestros seguidores del Miramar. Pese a ser un equipo pequeño, llegaba mucha gente a apoyar y siempre motivan al jugador de casa". Johnny añadió que en los partidos era muy normal que "la gente me gritara ¡Vamos "Morocho", vamos tico! Siempre estaban allí, sin importar si íbamos ganando o perdiendo el partido". El ariete nacional agregó que era normal que la gente lo saludara en la calle o le pidiera autógrafos, porque se identifican mucho con la causa del club. También recordó que los duelos entre Peñarol y Nacional son únicos y allí todavía se recuerda el paso de Myers y Wanchope por esas instituciones.
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"Fello" Meza fue el primero Jugó para Estudiantes de la Plata Juan Diego Villarrealjvillarreal@aldia.co.cr Después de 64 años, desde que el artillero brumoso Rafael "Fello" Meza abrió el camino en Argentina, Paulo Wanchope siguió sus pasos en el Rosario Central. "Fello" Meza, "El Maestro", fue el primer tico que jugó oficialmente en la "tierra de Gardel". Meza, estrella del Cartaginés, había viajado a México para jugar con el Moctezuma, de Orizaba, donde se consagró como campeón goleador. De acuerdo a los archivos de La Nación, tras sus grandes actuaciones en México, Meza aceptó el reto de jugar en la Argentina y se enroló en Estudiantes de la Plata a mediados de 1942. "Es un chico morochito, muy diestro para mover el globo y muy valiente para luchar en la zona fuerte adversaria. Se llama Meza y jugando al fútbol demuestra que procede de muy buena escuela", escribió un columnista de Clarín; en tanto que Cancha apuntó: "Muestra una positividad y puntería notables, y anota con la precisión de un geógrafo". No obstante, a pesar de sus grandes dotes y su olfato goleador su paso por Argentina fue corto. "No tuvo mucha suerte", apuntó el periodista José Pastor, en su libro "El adiós del maestro". "Primero soportó la animadversión de sus compañeros y luego una seria lesión en su rodilla izquierda, que le dejó actuar en solo diez juegos oficiales". El 31 de diciembre del 43 expiró su contrato y retornó a México. De acuerdo a Pastor, "Fello" sumó cinco dianas oficiales con Estudiantes, marcando de esa manera el paso del primer tico en el balompié "ché" y que Wanchope seguirá cuando el próximo 6 de agosto arranque el torneo argentino y donde espera ser un digno heredero de "El Maestro". |
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