Hay otro tipo de mujer debajo de la pintura

Desnudaron a la Mona Lisa

Estaba recién mejorada y no tenía el cabello suelto

Pintada sobre una tabla de 73 centímetros de alto y 53 de ancho, y entre 1503 y 1506, la Mona Lisa sigue revelando los secretos que con tanto misterio, guardó en ella el gran Leonardo DaVinci.

El último tiene asombrado al mundo entero: resulta que en la primera versión del cuadro, la mujer que posó para el pintor, en realidad acababa de tener un hijo y no tenía su cabello suelto, si no recogido.

Estos datos los presentó el Consejo Nacional de Investigación de Canadá, cuyos expertos tuvieron acceso al lienzo y pudieron practicarle varios estudios, utilizando un complejo escáner de tres dimensiones, parecido a un láser.

Los científicos se valieron del aparato, que tiene una resolución de profundidad de 10 micrómetros, es decir, alrededor de una décima parte del grosor de un cabello humano, para constatar que Leonardo había pintado primero a una mujer totalmente diferente y que luego, modificó los trazados y cambió el aspecto de la pintura.

Con lo que el pintor no contaba era con que su obra maestra iba a ser analizada tan minuciosamente cientos de años después.

Detalles importantes

Ahora sabemos que llevaba un vestido similar al que se ponían las mujeres embarazadas o que estaban amamantando, y que esa prenda se perdió bajo un esmalte amarillo y ya no es detectable a simple vista. Además, en la Mona Lisa original, la mujer agarra su silla más firmemente, y no está recostada contra ella, sino sentada derecha, mostraron los escaneos. Otra pista que indica que estaba “recién mejorada” es un velo de gasa fina que llevaba enganchado en el cuello de la blusa.

Todas estas conclusiones son el resultado de dos noches de exámenes a la pintura que el equipo de 11 investigadores realizó entre el 18 y el 20 de octubre del 2004, en el museo de Louvre en París, donde se encuentra el cuadro desde 1804, 287 años después de que el artista lo llevara a Francia.

¿Quién es ella?

La historia oficial cuenta que la Mona Lisa era la esposa del empresario italiano Francesco del Giocondo. Él le encargó a DaVinci el cuadro de su mujer, Madonna Elisa Gheradini, poco después de que ella diera a luz al segundo de sus tres hijos.

Leonardo se encargó de terminar el cuadro hasta los últimos días de su vida y nunca lo entregó a la familia del acaudalado banquero. Para muchos ahí termina la historia, pero para otros, la Mona Lisa era una española de nombre Constanza de Ávalos.

Pero otras interpretaciones más audaces alegan que el cuadro es un retrato del propio Francesco del Giocondo o un autorretrato de DaVinci... un secreto que el maestro italiano se llevó a su tumba, al morir en Francia en 1519, una semana antes de cumplir los 67 años de edad .

Sonrisa: ¿una ilusión óptica? Livingstone es experta en expresiones faciales Tomada de hno.harvard.edu ¿Que la Mona Lisa no se está riendo? Suena descabellado en un cuadro que ha atraído a millones de personas, por el misterio que encierra la famosa y hasta rara sonrisa de la modelo. Pero eso es lo que dice la experta en percepción visual Margaret Livingstone de la Universidad de Harvard, en Estados Unidos. Según ella, la sonrisa de la Gioconda es solo aparente cuando quien la observa ve otras zonas generales de la pintura. Livingstone dice que la sonrisa desaparece al mirarla directamente, debido a la manera en que el ojo humano procesa las imágenes. “El ojo tiene una visión central, muy buena para reconocer los detalles, y otra periférica, mucho menos precisa pero más adecuada para reconocer las sombras. Da Vinci pintó la sonrisa usando sombras, que vemos mejor con nuestra visión periférica. Por eso, para verla sonreír, hay que mirarla a los ojos o a cualquier otra parte del cuadro, de modo que sus labios queden en el campo de visión periférica”, aclara. Y usted, ¿ya hizo la prueba?