Pido la palabra

Nochebuena singular

Muchos compatriotas ven llegar la Navidad en la miseria más absoluta. AUn así, organizaciones sociales preparan eventos para dar regalos a los niños desvalidos. Pero muchos costarricenses vivimos la Navidad consumiendo casi sin medida, entre fiestas y celebraciones, recibiendo y dando regalos por doquier.

Pocos, creo yo, sabemos cómo pasaron la Nochebuena un grupo de aguerridos costarricenses el 24 de diciembre de 1856.

En medio de lluvias torrenciales y con barcazas improvisadas, habían salido a capturar “guapores” en el río San Juan. Esos vapores pertenecían a la Compañía del Tránsito. Y en ellos venían con regularidad alimentos, armas y hombres para las huestes de Walker. Con gran valor y destreza, ese grupo de valerosos compatriotas habían capturado La Trinidad, en la confluencia del Sarapiquí y el San Juan. Y posteriormente se habían lanzado en sus troncos navegables hacia San Juan del norte, en donde capturaron cuatro vapores. Luego se vinieron remontando osadamente las aguas del río San Juan, desafiando la corriente, una lluvia fría y pertinaz y la impericia para navegar, pero nada pareció detener al grupo del mayor Máximo Blanco.

Solo pararon un instante, al ser las 11 de la noche del 24, para brindar, en medio de la celebración de la misa, con una botella de coñac y una lata de sardinas, por la llegada de aquella singular Nochebuena.

Gracias a esos valientes compatriotas celebramos hoy nuestra festiva Navidad.