Esquina del cacique

El cuarto poder del fútbol

Cuando se hace una labor informativa y se intenta hacer creer a los aficionados un traspaso de alcances sin precedentes; cuando el periodista hace esfuerzos para auto convencerse e intenta hacer creer a otros una nota de alto calibre, se puede llegar a la irresponsabilidad.

La magnitud desmesurada que parece tener la nota de Gabriel Badilla y las atractivas ofertas del mejor fútbol europeo, Bayer Munich de Alemania y el Chelsea inglés del millonario Abramovich, ha corrido como un polvorín con cartucho de dinamita prendido, y no es para menos.

Costa Rica no exporta jugadores a países desarrollados futbolísticamente como los mencionados, donde llegan futbolistas de postín y primera línea, jugadores con traje de crack, pagados a precio de oro.

Y no es que dudemos de la calidad y sus características de corte internacional, como lo hemos mencionado desde hace un buen rato. Gabriel es un futbolista de exportación que se ha ganado ese derecho por su seriedad absoluta y su personalidad espartana, carácter, disciplina y juventud.

Sería sensacional y casi inaudito que dos clubes de esta tesitura se fijaran al unísono en un futbolista nacional. Si esto se confirma sería el más feliz de los comunicadores.

Pero si es una especulación hecha fantasía, nos parece totalmente censurable por las consecuencias de escepticismo que se crea en el entorno costarricense.

Si no, recordemos cómo se hizo guasa de algún sector de la página web del Real Madrid, cuando se dijo que Gilberto Martínez era pretendido por el equipo merengue y el AC Milán de Italia.