Auroridades en apuros tras solución

La violencia tiene a Limón acorralado

Drogas, miedo, tenencia ilegal de armas, desempleo, delincuencia juvenil, impunidad y desatención estatal han creado una mezcla mortal

Limón.- La gente honesta tiene miedo y los delincuentes pasean tranquilos, la violencia es extrema, muy pocos se atreven a denunciar al hampa por temor a represalias y la mayoría de pillos no va a la cárcel porque son menores de edad.

Las armas ilegales son abundantes como el pan y el negocio de las drogas es un semillero de adictos y bandas criminales, que se disputan el control sin importar a quién tengan que asesinar.

Las pulperías enrejadas parecen cárceles, los disparos en sitios públicos ya no sonrojan a nadie y el decomiso de un fusil de asalto AK47 –como sucedió el miércoles anterior en una casa de Cieneguita– ya no sorprende ni a las mismas autoridades.

El problema más grave son los asaltos, entre ellos a turistas que caminan en el Parque Vargas y sus cercanías, en el centro de la ciudad.

Según el Organismo de Investigación Judicial (OIJ), entre el 1 de enero y el 15 de mayo del 2007, hubo 168 asaltos en el cantón Central. De ellos, 151 ocurrieron en el distrito de Limón, y de esta última cantidad 45 se cometieron en el centro de la ciudad.

Los ruinosos barrios de la periferia son centros de operación de los grupos más violentos y desde allí se distribuye la droga.

En el 2006 se cometieron 46 homicidios en la provincia caribeña y en lo que llevamos del año ya se registran 13 asesinatos.

El comisionado de la Fuerza Pública, Luis Hernández, precisó que los barrios más violentos son Limón 2000, Siglo XXI, Cieneguita, Moín y Los Lirios.

Datos del OIJ revelan que la mayoría de delincuentes tiene edades entre los 12 y 25 años.

Impunidad y descaro

“Cuando una banda de sicarios entra a un hospital a matar a alguien y no se tapa la cara ni les interesa que los vean, quiere decir que estamos perdiendo el país”, advirtió la defensora de los Habitantes, Lisbeth Quesada.

La funcionaria se refiere al asesinato del paciente Henry Orlando Clark Hines, de 26 años, en el hospital Tony Facio, la madrugada del jueves 10 de mayo.

El homicidio de este hombre, vinculado a una banda criminal de Moín, desató un intenso operativo de la Fuerza Pública y el OIJ en diversos puntos del cantón Central, para desarticular a estos grupos.

“Aquí hay un problema grave de sicariato, drogas, migración ilegal y prostitución, y no queremos que se torne irrecuperable”, señaló la viceministra de Seguridad, Ana Eugenia Durán.

Problema viejo

¿Cuándo comenzó esta ola de violencia en Limón y por qué?

Guillermo Bermúdez, jefe del OIJ local, sostuvo que la situación es un reflejo de lo que sucede en el resto del país, pero dijo que se agravó a partir del 2000.

El fiscal general, Francisco Dall’ Anese, recordó el operativo “Rasta”, que realizaron las autoridades en 1993, para detener a una banda de homicidas.

“Esto tiene muchos años, no es de ahora. Y si no se resuelven los problemas sociales que tiene Limón, rápidamente aquí se vuelve atrás”, dijo Dall’Anese.

El ministro de Educación, Leonardo Garnier, opinó que entre las causas destacan la deserción estudiantil (14,3 % del total de los estudiantes), la falta de empleo, y una sensación de abandono y discriminación por parte del Estado durante años.

Pero las autoridades coinciden en que el principal aliciente para la violencia es la impunidad, fomentada, en muchos casos, por los propios ciudadanos.

“El temor de los testigos es infundado. Si todos colaboraran, los delincuentes serían los que tendrían miedo. Denunciar es poner la cara y afrontar la circunstancias”, aseveró Bermúdez.

Actualmente 100 policías y una veintena de agentes del OIJ ejecutan la operación “Caribe”, para eliminar las pandillas.

Dall’ Anese afirmó que estarán allí el tiempo que sea necesario. ¿Pero será eso suficiente?

Operativos La policía realizó operativos sorpresa la semana pasada en barrios problemáticos de Limón, como este en Cieneguita. En el barrio Limón 2000 los asaltos están a la orden del día (foto con fin ilustrativo). José Rivera. Los retenes incluyeron perros para detectar drogas y armas. Actualmente 100 policías participan en la operación “Caribe”. Durante los primeros cinco días de acciones se decomisaron cinco vehículos y 10 armas de fuego. La ofensiva policial continuará por plazo indefinido hasta desarticular las bandas criminales.