Leonel Jiménez
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Es muy común en la actualidad escuchar a los jugadores que vencen contrato con equipos tradicionales, indicar que tienen ofertas de la MLS, Europa y Asia.

Hace unos años el cuento era otro, Saprissa o la Liga me ofrecieron o tienen interés, y los dirigentes corrían como desesperados a negociar un nuevo contrato.

Aquella mala praxis de la subasta y el quien da más, se terminó hasta hoy, al no tocarse jugadores desde hace cuatro años.

Mientras la Liga está en la etapa mas incómoda negociando media planilla, en Tibás, en ese campo, las cosas están tranquilas.

La “S” se ha preparado con alineaciones alternativas y Saprissa de Corazón, un grupo de jóvenes que ya son algo más que promesas, esa base o cimientos del Deportivo Saprissa, le han permitido no solo la salida de Randall Azofeifa, Cristian Bolaños, Álvaro Saborío y Alonso Solís, sino crear una plataforma de nuevos valores.

Ellos están listos para ser enviados al extranjero como Armando Alonso y Gabriel Badilla. Cierto que Saprissa no ha podido cumplir el sueño de los Alarcón y Sánchez de Cima del millón de dólares por algún jugador, pero, entre préstamos y venta de algunos de ellos, se ha logrado una relativa tranquilidad financiera en el club.

El equipo mantiene posiciones de privilegio en el campeonato nacional y se prepara para la gran final de la Concacaf.

Saprissa podría ganarlo todo, crecer a las alturas del cielo y tener un futuro espléndido, o bien quedarse con las manos vacías y tener un año de grandes altibajos y desilusiones. Solo el tiempo nos lo dirá.