Mauricio Astorga
Actor

México D.F. Conducir en la Ciudad de México es una aventura comparada con hacer rafting en el Reventazón. El que maneja aquí, puede manejar en cualquier parte del mundo.

Son cuatro millones de vehículos circulando por los 10.200 kilómetros de esta red vial.

Imagínese la cantidad de "estilos de conducir" que podemos encontrar.

Lo primero que llama la atención es que si usted quiere obtener licencia, solamente tiene que presentarse en una oficina de la Secretaría de Transportes.

Allí entrega su identificación y paga ¢25 mil. Así de fácil, usted la obtiene en 30 minutos. Aquí no realiza ningún examen teórico, práctico ni médico.

Con esto se evitan los “chorizos” y le ahorran al ciudadano el calvario que podría vivir para conseguir una licencia. Sin embargo, abre la puerta para que cualquier loco tome el volante y se vaya a las calles.

Eso sí, antes uno debe firmar un documento donde declara bajo juramento que sabe conducir, que no tiene ningún impedimento físico ni psicológico, además de que conoce la ley de tránsito.

Algo muy diferente ocurre si desea obtener la licencia para el servicio público. Ahí si deben pasar por cursos, exámenes y pruebas de manejo.

Así que si usted quiere vivir un día de deporte extremo, venga y maneje por aquí. Prepárese para disfrutar de la adrenalina en el Distrito Federal.