Ronny Rojas
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El presidente Óscar Arias desistió de impulsar una reforma tributaria integral en lo que resta de su gobierno, pues acepta que su aprobación no es viable en el Congreso y culpa de ello a los diputados del Movimiento Libertario.

También reconoció que su administración ha fallado y “no ha hecho lo suficiente” en la erradicación de tugurios, el principal reto, según sus propias palabras, que enfrentará la nueva ministra de Vivienda, Clara Zomer.

Dijo que su prioridad, durante los 20 meses que le quedan en Zapote, será la inversión en el campo social, para lo cual el Gobierno destinará 45 por ciento del presupuesto total del 2009.

Entre otras cosas, incrementarán los recursos para el programa Avancemos (becas para colegiales), de ¢36.000 millones a ¢55.000 millones, aumentarán la inversión en los Cen-Cinai y en el campo de la agricultura; le darán otro empujón a las pensiones del régimen no contributivo y, según el Mandatario, subirán los salarios para compensar la inflación.

Estas fueron algunas de las conclusiones y promesas que planteó ayer el Presidente, tras una encerrona de 7 horas con su gabinete, los presidentes de las instituciones autónomas y los diputados oficialistas, en Montecillos de Alajuela.

“No vamos a luchar por una reforma tributaria integral, don Abel Pacheco pasó 4 años secuestrado, luchando por eso, no perdamos el tiempo”, expresó.

No obstante, dijo que insistirá en que los diputados aprueben, al menos, el impuesto solidario a las casa de lujo (con valor superior a los ¢100 millones) para dedicarlo a la erradicación de tugurios.

“Los ricos no necesitan la ayuda del Gobierno, de lo que se trata es ayudar a la gente más pobre”, agregó el Mandatario.

Dado que no se contará con una reforma tributaria, el dinero para financiar los programas sociales saldrá, en parte, del superávit financiero que el Gobierno ha logrado sostener durante los últimos 12 meses, explicó el ministro de Hacienda, Guillermo Zúñiga.

“Será mejor no insistir”

Óscar Arias Sánchez. Presidente de la República

¿Cuándo decidió dejar el tema de la reforma fiscal?

Los (diputados) libertarios no lo van a permitir, entonces es mejor no insistir.

¿Usted ya habló con ellos?

Ellos lo han manifestado y fue un compromiso de campaña. De tal manera que será mejor no insistir y que eso (la reforma) quede para el próximo Gobierno. Los proyectos que dijo mi hermano son los de aceptación de casi todos los grupos y es mejor concentrarnos en eso.

Pero usted dijo a La Nación, hace pocos días, que era hora de impulsar la reforma.

Yo quería, siempre he querido; no tengo miedo a luchar por nuevos impuestos. Pero hay que ser realistas, ¿para qué continuar con algo que no tiene ninguna viabilidad?