Isaac Lobo
No le gusta que le digan que es el “cerebro” detrás de “Bailando por un Sueño”, aunque lo sea. Paula Picado, sin egoísmo, asegura que tan sólo se supo rodear de un excelente equipo, el cual logró que este espacio rompiera marcas de audiencia.
Sin poses engreídas, aunque debe sentir mucho orgullo, cuenta que es el primer proyecto de tele al que le echa mano, pues antes estaba enfocada al departamento de imagen de Teletica.
Su madre, Olga Cozza de Picado, y su hermano, René, confiaron en ella y le dieron esta “brasa” ideada en Televisa. Sin quemarse, aunque muchos pensaron que sería otra producción nacional sin pena ni gloria, captura la atención de los ticos todos los sábados.
“Yo asumí la dirección, pero lo hice de una manera muy mancomunada con Mario Nájera, que es un excelente profesional y también con gente en el área de imagen”, reitera.
No es falsa modestia, así es su personalidad, de hablar cariñoso y ameno, como de mamá comprensiva.
“Me dije ¡huy que reto! porque significaba un gran cambio en mi vida. Antes sólo trabajaba medio tiempo y ahora no”.
Ella también tuvo a su tutela “Cantando por un Sueño” y ahora la segunda versión de “Bailando”.
“Mi logro y me da pena decirlo, fue conseguir que todos trabajaran con mística y que los talentos de cada persona, que tienen su ego, aceptaran los talentos de otros”.
En la sangre
Heredera de un apellido que es sinónimo de televisión, Paula es una mujer sencilla, humilde, quien desde que entra reparte ramilletes de saludos a todos... al señor que vende mangos, a las recepcionistas, secretarias y señoras de la limpieza, hasta llegar a los figurines y figurones de la pantalla chica, caras de su empresa.
Es idolatrada por sus tres hijas, María de Jesús (15 años), Paula (14) y Luciana (8), quienes le tienen la oficina tapizada de mensajes de amor, en corazones, papelitos y dibujos.
Un dibujo con un leyenda que le hizo la más pequeña cuando tenía 7 años, describe cómo es Paula Picado. Este cuelga en un marco del baño de su oficina.
“Mi mamá es muy linda, tiene el pelo rubio y es muy buena, ella trabaja en Teletica. Le gusta trabajar, pintarse las uñas y comer “barbecue”. Le gusta viajar con nosotros, me gusta cómo se ríe, siempre hace lo mejor para nosotros, es muy cariñosa y le gusta ir donde Guga, mi abuelita. No quisiera tener otra mamá...”
Este y otros recuerdos llenan su oficina, que antes era de su madre, quien se la dio para que estuviera más cerca de su hermano René.
La tiene decorada con fotos de su padre, René Picado Esquivel (qdDg) –fundador de Teletica– de su progenitora y de su hermano, también fallecido, Marco. De cierta forma son sus talismanes para la buena suerte.
“Mi mamá es mi guía, mi inspiración y mi consuelo. Me enseñó el amor por el trabajo, pues lamentablemente no tengo recuerdos de mi papá, quien murió cuando yo tenía 2 años”, recuerda. “Ella se enfrentó a un dilema, o vender la televisora en un millón de colones, o seguir adelante”.
Teletica casi quebró, pero su mamá la sacó adelante, no sólo a sus tres hijos, sino a todos los trabajadores. “Ella ve a la empresa como su familia. Yo fui a un montón de matrimonios y bautizos de gente de aquí, como una pariente más, así me acostumbró ella”.
Única
Paula asegura que odia la gente extremista y que ostentan tener la verdad absoluta, ama andar en “jeans” y le huye a la extravagancia de los vestidos de diseñador, aunque sí le gustan las joyas, como a todas las mujeres.
“Soy muy sencilla para vestir, a mí me encanta la moda, pero también digo: ‘la moda lo que mejor se te acomoda’. Soy una mujer de 41 años, conservadora, pero que le gusta verse casual”.
Comenta que no es de caprichos y de beber poco, aunque de vez en cuando disfruta de tomarse un Frozen Margarita.
“Mi peor defecto es que soy muy exigente conmigo misma”, confiesa, aunque esto, viéndolo con ojos positivos, podría ser también una virtud.
Está casada con Javier Prada López, uno de los dueños de Ópticas Visión, quien debió de acostumbrarse a ser el único varón en un hogar con cuatro mujeres.
En su casa hay tres perros, dos salchichas: Charly y Beba; y un chiguagua de nombre Tito.
Su oasis para el estrés lo tiene cuando se reúne con sus amigas para tomar café.
“Ahí me entero de todo lo que está pasando. Nos reímos mucho y también criticamos. Es así como boto todas mis preocupaciones”.
Paula disfruta hacer ejercicio y también viajar, sobre todo a Estados Unidos. No es de ir a un “spa” a hacerse tratamientos exóticos de belleza, aunque sí disfruta de tener las uñas muy bien cuidadas.
Ahora su labor está enfocada en seguir con la producción nacional.
“Siento que este momento de mi vida va como un tren a toda máquina”, el cual parece no tener frenos.
Apellido de peso
Ser una Picado es para ella sinónimo de responsabilidad, que la obliga a tener un buen comportamiento. “Mi apellido es como cualquier otro, no es por ser Picado, cualquier persona debe de tener valores que la obliguen a actuar bien ante la familia y ante Dios”.
Trabajo
“Este canal tiene muchas horas de noticias, que tiene a una persona a favor y a otra en contra. Se reciben muchas críticas”. “Le agradezco a la gente que no me hable de trabajo cuando estoy socializando, a veces por eso me gusta estar más en mi casa”.
Dinero:
“Es un vehículo, no el fin”.
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