Mauricio Astorga
Actor

México D.F. Estamos a tres días de que se nos termine el año. Qué rápido, ¿verdad?

Hace nada teníamos en nuestros brazos al bebé del 2008 y ya se escuchan las notas del tradicional “yo no olvido el año viejo…” que nos anuncia el 2009.

Así que es hora de los buenos propósitos para el año que estamos a punto de estrenar.

Pero eso sí, que los propósitos sean buenos de verdad. No vaya usted a poner en su lista: “Que le de un ataque a mi suegra” o “que se le caigan los dientes a ese compañero de trabajo que me cae mal”. No. Deben ser propósitos que lo hagan crecer a usted como ser humano.

Esos propósitos deben ser realizables, porque si no usted se va a sentir frustrado cuando llegue el 2010 y siga en las mismas

No le digo que sea conformista, pero sí que sea realista.

Lo importante es que usted cumpla con sus propósitos. O por lo menos que haga todo lo posible por cumplirlos.

Porque hay más de uno, que año tras año se plantea las mismas metas: “Ir al gimnasio para ponerme como el Latin Lover”, “meterme a clases de inglés”, “dejar de fumar”, “dejar de tomar”, y sigue la lista.

Pero se termina el año y fue al gimnasio a su soda a tomar café, nunca pudo encontrar un espacio en su agenda para ir a las clases de inglés y en lugar de eliminar el tabaco o el tapis más bien aumentó la dosis.

Le invito a que haga su lista. Dios le bendiga en este 2009.