Los choferes ebrios, quienes conduzcan a 150 kilómetros por hora o más y los que participen en piques, se exponen desde el martes a penas de prisión, informó Germán Marín, director de la policía de Tránsito.

Marín explicó que las sanciones, que van de uno a tres años de cárcel, rigen debido a la publicación, ese mismo día, en La Gaceta de la reforma a la Ley de Tránsito.

De ahora en adelante, quien infrinja la ley será remitido a la Fiscalía y enfrentará un proceso judicial por el nuevo delito de conducción temeraria.

Los primeros dos casos de choferes ebrios ocurrieron en San José el 23 de diciembre.

Oficiales de Tránsito los sorprendieron y fueron presentados al fiscal de delitos en Flagrancia de los Tribunales de Goicoechea.

El primer conductor, de apellido Piedra, fue detenido en un vehículo Isuzu Rodeo, antes del mediodía, cerca del Banco de Costa Rica, avenida segunda.

El otro, de apellido Herrera, conducía un taxi en Moravia. La prueba de alcoholemia dio 3,5 gramos de alcohol por litro de sangre, el equivalente a unos 18 tragos.

El delito de conducción temeraria aplica a quienes conduzcan con 0,75 gramos o más y se agrava si se causan lesiones.

Al viernes anterior y con cuatro días de tener las reformas a la Ley de Tránsito, 43 conductores de todo el país fueron detenidos y enviados a los Tribunales de Justicia por conducir borrachos, informó Huanelge Gutiérrez, subdirector de Tránsito.