Esteban Rojas Sáurez
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Los 2.754 metros de altura y la fría brisa que golpeaba ayer por la mañana el volcán Poás no fue un impedimento para que cientos de turistas visitaran el coloso. La fila para ingresar al parque nacional era de al menos un kilómetro.
El estadounidense Steven Langenthel y su familia estaban impresionados con la belleza del imponente macizo.
“Es la primera vez que estamos en Costa Rica, vamos a pasar algunos días disfrutando de las vacaciones”, comentó este vecino de Nueva York.
Por su parte, Rubén Rubí y Verónica Cruz llegaron el viernes desde México, para conocer las atracciones naturales de Costa Rica. “Este lugar es muy bonito, pero la capital es descuidada y algo insegura”.
El guardaparques Andrey Rojas aseguró que el buen tiempo propició una mayor afluencia de turistas.
A las 11:30 a.m. los 217 parqueos del parque estaban llenos y una gran cantidad de visitantes esperaban para entrar y no perderse de la espectacular vista.
La familia de Renán Rojas, de Alajuela, llegó temprano y logró conseguir una mesa para almorzar todos juntos. “Traemos la comida, hay que sacar el rato para ir de paseo”.
Las temperaturas del parque nacional Volcán Poás han rondado en los últimos días los 10 grados centígrados.
Las bufandas, los guantes y los abrigos ayudaron a los visitantes a pasar un rato alegre.
Mariana Mora, de Heredia, llegó con su esposo Carlos Campos y sus dos hijos bien abrigados. “Estamos aprovechando que todos estamos de vacaciones para pasar en familia”.
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