Trinó la pajarita

La verdadera Vicky, la actriz Liliana González, habló con Al Día sobre su popular personaje

Liliana González nunca ha sido una novia intensa, y eso se lo debe a la celosísima “Vicky Parra”, convertida hoy en una estrella.

Ostentar el título de “dolor de cabeza de Méndez” (de la novela “Hasta que la plata nos separe”) le trajo el cariño del público –tan anhelado por todo actor–.

Lo anterior y otras cosas reveló la colombiana en una entrevista exclusiva con Al Día desde la ciudad de Bogotá, Colombia.

La curvilínea actriz nunca ha estado en Tiquicia, pero le gustaría venir a disfrutar de los deportes acuáticos que tanto le gustan, según comentó.

¿Qué le dio el personaje?

Primero, fue afortunado caer en un proyecto del escritor Fernando Gaitán (“Betty la fea”) y, segundo, obtener el personaje más lindo de la novela, por su colorido. Fue un buen reto para mí por la dificultad del personaje.

¿En qué aspecto fue difícil?

Vicky no se conocía ni ella misma. Entonces, lograr darla a conocer al público era difícil. Su temperamento tenía aspectos entrevelados que debía sacar despacio, como la inestabilidad e inseguridad. Es un personaje de matices. Tuve que investigar mucho cómo se veía y cómo se sentía. Físicamente, le construí aspectos como la voz, ademanes y hasta la risa.

¿Se divirtió con ella?

Demasiado. A veces cortábamos las escenas porque el ataque de risa era delicioso. Ir a grabar era un deleite para mí.

¿Cómo se llevó con Méndez?

Desde el comienzo me lleve muy bien con Víctor Hugo (Cabrera), nos volvimos buenos amigos. Llevamos una buena relación; él se volvió muy amigo de mi novio.

¿Sabe que los novios les dicen a sus parejas “Vicky” cuando son celositas?

(Se ríe). Sí, acá también pasó eso. Me sucedieron cosas bien graciosas. A veces los señores me mostraban el celular cuando los llamaba la esposa y decía “Vicky” o “Pajarita”.

¿Usted es una novia celosa?

No, nunca. Yo siempre he tenido relaciones largas y calmadas. Me parece que lo más importante en la relación es comunicarse, y mientras exista no tiene por qué darse la inseguridad. No soy una mujer insegura, siempre hay cosas que te desestabilizan, pero trato de mantener la calma.

¿Pero ha tenido parejas intensas en el amor?

Me ha tocado en el tema de los celos y también en aquellas películas donde Vicky se armaba en la cabeza. Una vez tuve un novio que creía que yo andaba con toda persona a la que le hablaba, y no quería que departiera con nadie –se ríe–, pero, obviamente, las relaciones así no progresan.

Vicky tuvo una familia sobreprotectora. ¿Y usted?

Es en lo único que medio se parece a mí. Soy la menor de ocho hermanos –seis de ellos hombres–; me cuidaban y protegían mucho. Siempre estaban celosos y encima de lo que yo hacía, y mi papá también.

¿Recuerda alguna anécdota ocurrida durante la filmación?

Recuerdo una escena en la que Vicky no quería dejar ir a Rafael, entonces lo agarra de las piernas y se arrastra por el piso llorándole. El director no quería que la hiciera porque me raspaba las piernas, pero me pareció tan divertida que no me importó y quedé un poco aporreada, pero me pareció buenísimo.

¿Cómo se mantiene en tan buena forma?

Creo que es de familia. Somos mujeres de cintura pequeña y torso delgado. Eso me favorece; el problema es que todo se va para la cola y las piernas, entonces toca cuidar más esas áreas. Trato de comer sano e ir al gimnasio tres veces a la semana.

¿Es verdad que es fanática de los deportes extremos?

Sí. Aunque no practicó muchos. Me encantan las motos y los deportes acuáticos porque son superllamativos.

Sus encantos Liliana nunca se ha considerado una mujer ni fea ni la más hermosa del mundo, pero asegura que tiene sus encantos. Cuando tiene tiempo libre pasa con el novio y su familia que es grandísima. “Me encanta ir a un buen restaurante y, luego, al teatro. Me parece encantador”. En la vida real es una mujer discreta en su forma de vestir. Adora andar en jeans y usar blusas bonitas. Actualmente es la protagonista de una nueva telenovela, cuyo personaje la obligó a subir seis kilos. En el futuro, le gustaría conquistar otros países.