Cinco años después fue vendida por Cruz Prado

“Canciller” de las FARC pagó ¢9 millones por casa

El guerrillero Rodrigo Granda Escobar, “Canciller” de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), pagó ¢9 millones, en efectivo, por una casa que compró en Tuetal Sur de Alajuela, en 1996.

Así lo confirmó ayer a Al Día Víctor Julio Guzmán Arias, dueño, en aquel entonces, de la vivienda, quien explicó que Granda llegó directo a su casa, acompañado por otro hombre y una mujer.

Allí estuvo tres horas. “Lo recuerdo como una persona educada pero parco, callado”, comentó Guzmán.

El que negoció el precio fue el otro hombre, un colombiano cuyo nombre Guzmán dijo no recordar, pero afirmó que era una persona “muy hábil” para los negocios.

Esa misma casa fue vendida luego por la costarricense Cruz Mary Prado Rojas, en el 2002, con un poder que Rodrigo Granda le otorgó en 1997.

Cruz Prado afirmó que no recibió el dinero por la venta del inmueble y que tampoco sabía quién era en realidad Rodrigo Granda, pues solo lo conocía con el nombre de “Ricardo”.

Prado y el esposo, el educador Francisco Gutiérrez Pérez, son dueños de la casa donde la Policía encontró $480 mil de las FARC, el 14 de marzo anterior.

Prado vendió la casa ubicada en Tuetal a Yadira Arias Fuentes, esposa del médico Hernando Vanegas Toloza, considerado por las autoridades de Colombia un presunto contacto de las FARC en Costa Rica.

Vanegas, quien vivía aquí como refugiado político y se reunió en numerosas ocasiones con Rodrigo Granda, salió del país en el 2005 con destino a Suecia, alegando que era perseguido por la policía secreta de Colombia.

Los movimientos de Vanegas y del abogado que protocolizó la venta de Prado, Carlos Ricardo Meneses, también de nacionalidad colombiana, fueron seguidos por la Dirección de Inteligencia y Seguridad Nacional (DIS), entre el 2004 y el 2005, precisaron a Al Día fuentes fidedignas.

Ambos hombres –se supo-- tenían una relación cercana, aunque Meneses declaró el miércoles anterior que no conocía a Venegas, a Cruz Prado, ni a Rodrigo Granda. El miércoles también, Cruz Prado Rojas aceptó que conocía a Vanegas y a Yadira Arias, y pidió a este diario que le llamara nuevamente para hablar de su relación con ellos.

Pero, ayer, tras varias llamadas a su casa, su hija, Irene, manifestó que su madre “se fue de paseo todo el fin de semana”.

Por el hallazgo del dinero en la casa de Prado y Gutiérrez, la Fiscalía de Colombia abrió una investigación contra de ambos por supuesto “lavado de activos”.

En Costa Rica, el fiscal general, Francisco Dall'Anese, ratificó que la pareja no afronta ningún tipo de cargos.

Víctor Guzmán dijo que no se explica cómo llegó Rodrigo Granda a su casa, o quien los mandó, porque él había quitado, desde hacía varios días, el rótulo de venta.

“Estaban muy interesados en la casa y, la verdad, necesitaba el dinero para construir en otro lado”, contó ayer Guzmán.

Los colombianos escogieron el abogado para hacer la venta, Rodrigo González Saborío, y pagaron en efectivo, según consta en el protocolo del notario.

Guzmán y Granda firmaron la venta del inmueble el 24 de junio de 1996, en la ciudad de Alajuela. Y aunque en la escritura el precio de la transacción es de ¢1.000.000, el guerrillero realmente pagó ¢9.000.000.

“Días después me llamaron. Dijeron que estaban en Sudamérica, no especificaron en qué país y me pidieron que desocupara la casa en el tiempo estipulado (dos meses)”, comentó Guzmán. .