Rolando Avilés, corresponsal
Allan Andino
aandino@aldia.co.cr

La princesa del pop definitivamente le despreocupa la presencia de la prensa en sus vacaciones por Costa Rica y ayer, volvió a mostrarse esta vez más juguetona con las olas, y complaciente con sus admiradores en playa Barrigona, cerca de Sámara en Esterones de Guanacaste.

A eso de la 1 p.m. la cantante llegó a bordo de un carrito de golf, en compañía de un amigo y una amiga estadounidense para reposar sobre la arena.

El mencionado amigo (quien no se le despegó ni un segundo pero que no nos ha dado señales para decir que es su novio), quizo bloquear la visibilidad de los “paparazi” estacionado en el intermedio el vehículo, sin embargo necesitaba un furgón para lograr su objetivo.

Primero sentada en la silla de playa, y luego acostada tomó el sol, bebió Coca Cola, y volvió a fumar, lo que levantó sospechas entre los medios de prensa de si está o no embarazada.

“Una de dos, o no lo está, o lo hace para disimular”, dijo uno de los periodistas norteamericanos.

Luego de 30 minutos se sumó el padre de Britney, James Spears con más amigos.

Dos jóvenes costarricenses, declarados fieles seguidores de Spears, viajaron desde San José para intentar algún contacto con la estrella, y lo lograron.

Además de autografiarles un DVD de la única película que ha hecho, “Crossroads”, firmó un disco, una revista donde aparecía en portada, y se tomaron una foto con ella abrazándolos.

“Esa fue la mejor experiencia de mi vida”, señaló uno de los chicos no identificados, de unos 22 años de edad.

En su cuarto día de vacaciones se animó a que le agua le llegara más arriba de las rodillas y sobre un “boogie” la golpearon las olas. Éstas azotaron con más fuerza que el sábado y la asustaron, dio gritos y perdió sus lentes un instante, hasta que los recuperó gracias a su “amigo”.

La amenaza de lluvia la devolvió a casa del actor Mel Gibson, donde se hospeda, a las 2.45 p.m.