Edgar Fonseca
Director

Un respiro, al menos, en momentos en que el ánimo público no puede estar más estremecido por la inseguridad.

Tras el despiadado ataque a unas muchachas, trabajadoras, recién salidas de sus labores en un casino, la opinión pública no esperaba otra reacción de las autoridades.

Pero ¿se necesitaba de la pesadilla que corrieron Yerlin, su hermana Arelis y su amiga Angie para que el país palpase en acción a todo el aparato de seguridad?

Esta acción, infernal, fue, según entendidos, chapucera.

Saltan entonces grandes interrogantes tras el golpe policial en contra de los sospechosos.

¿Fue tanta torpeza delictiva de parte de estos individuos la que facilitó el pronto esclarecimiento del hecho?

O, más bien, ¿obedeció “el milagro” a un real resultado de efectividad policial?

De ser así, ¿por qué tanta impunidad hasta hoy con otros golpes?

¿Por qué no reaccionaron así las autoridades ante gravísimos casos, pendientes, camino del olvido, con saldo de muerte de parejas y jóvenes de cuyo esclarecimiento, dicen sus parientes, no tienen la más mínima referencia oficial hasta hoy?

Si a sus tragedias, todas estas gentes suman silencio o impunidad, ¿qué confianza pueden tener ellos y el resto de la ciudadanía en un sistema ineficiente, inefectivo, al filo del colapso?

La contundente respuesta investigativa y represiva a la tragedia de la semana da un respiro, de momento. Pero la ciudadanía clama por una acción más sólida y coherente frente a la inseguridad, el tema de mayor preocupación nacional.

Piñata- Los sindicalistas de los muelles de Limón están de acuerdo con la concesión siempre y cuando se les permita dejarlos quebrados…