Julio Peña, corresponsal
Carlos Láscarez S.
clascarez@aldia.co.cr

Santa Cruz. - Luego de cancelar una fianza de ¢10 millones, un hombre de apellido Toledo, de 22 años, recobró ayer su libertad y abandonó el centro penal de El Roble de Puntarenas.

Allí descontaba tres meses de prisión por la muerte de Giselle Vanessa González Barrantes, de 31 años, a quien arrolló y mató el pasado 15 de noviembre en Playas del Coco, Guanacaste.

El Juzgado Penal de Santa Cruz impuso al hombre que se presente a firmar cada 15 días, no acercarse a testigos o familiares de la víctima, ni salir del país.

La medida tomó por asombro a allegados de González quienes piden justicia.

La víctima dejó cinco hijos, quienes hoy habitan en una situación de pobreza, ya que su madre era quien se encargaba de ellos.

“No tengo palabras para expresar mi dolor. Los niños siempre en las noches preguntan por su mamá y cómo fue que murió. Nunca se acercaron ni a dar el pésame”, señaló vía telefónica desde Esparza su hermana Lisbeth.

Armando Barrantes Quirós, tío de la víctima, denunció que, al parecer, desapareció del expediente el dictamen de sangre que le efectuaron a Toledo, ya que el día de los hechos se negó a efectuarse la alcoholemia.

“Los niños pasan ahora con ropa usada y zapatos que les han regalado. Mi hermana trabajaba en un casino de noche y de día transportaba a sus compañeros”, dijo.

Colaboró: Rolando Avilés.