Esteban Rojas Sáurez y Roger Amoretty
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La lluvia cesó, los ríos bajaron su caudal y al descubierto quedó la destrucción causada por una semana de temporal en la provincia del Caribe: Los sitios más golpeados son Matina y Sixaola.

El viernes en B-Line de Matina la frustración y el pesar eran evidentes en el rostro de Cecilio Roy Samuels Bennet, a quien la furia del río Chirripó lo dejó casi durmiendo en la calle.

“En el primer piso de mi casa estaba la cocina, la cama y un mueble con las ollas, pero nada de eso está, no sé dónde está la lavadora que se encontraba afuera”, recordó afligido.

Mientras que en la vivienda de Samuel Ríos el agua alcanzó los dos metros.

Los pobladores de Limón aseguran que esta fue una de las inundaciones más serias de los últimos 30 años.

Los miles de afectados por el temporal que dejó poblaciones enteras anegadas desde la semana anterior, necesitan con urgencia agua potable, y alimentos.

“A pesar de que la Comisión de Emergencias esta haciendo un esfuerzo no hay suficiente comida, los camiones con agua no llegan muy seguido”, afirmó Juan Carlos Navarro, quien tiene una semana de no tener agua potable, en su casa en Sixaola.

Datos de la Comisión Nacional de Emergencias (CNE) revelan que las pérdidas económicas superan los ¢42.194 millones.

La localidad fronteriza de Sixaola quedó prácticamente sumergida en el barro y muchos de los comerciantes no saben si podrán reabrir sus negocios.

Rolando Vargas, dueño del Súper Daytonia, quien estaba sacando el lodo del local comercial, afirmó que perdió ¢12 millones.

“Creo que nos confiamos, es la primera vez que tenemos que afrontar una situación de este tipo, hay que analizar si podemos abrir de nuevo”, apuntó Vargas.

Además, decenas de hectáreas de banano se perdieron por el temporal.

La CNE detalló que todavía 1.264 permanecen en 18 albergues a lo largo de todo el Caribe y 12 tramos de carretera sufrieron daños por los aguaceros.

El Instituto Meteorológico Nacional (IMN) señaló que del 18 al 24 de noviembre cayó sobre Limón el doble de la lluvia, que se presenta en todo un mes.

El temor sigue porque mañana por la noche y el martes el país se vería golpeado por un frente frío que traerá más lluvias al Caribe.

Clínica no se salvó del barro

La limpieza fue ardua en toda la Clínica A. Otárola

Los funcionarios de la Clínica del Seguro Social de Sixaola pusieron todo su esfuerzo, el viernes por la mañana, para tratar de sacar el barro del todo el centro médico.

Los bomberos de la localidad tuvieron que utilizar agua a presión para sacar la capa de lodo, que en algunas oficinas, alcanzó los 10 centímetros de espesor.

Los pacientes fueron evacuados a tiempo, pero los daños son considerables.

En el consultorio de Odontología muchos de los materiales estaban sumergidos en el lodo.

Ayude en la Cruz Roja

La Cruz Roja sigue recogiendo alimentos no perecederos y agua potable en todas sus sedes, a lo largo del territorio nacional.

El Grupo Gollo también está recolectando ayudas para los 46.600 afectados en el Caribe.

Los alimentos se recolectarán hasta el miércoles, de 9 a.m. a 7:30 p.m. No se recibirá dinero en efectivo.

Golpeó hasta los tamales

Hasta los tamales corrieron peligro con las inundaciones en el Caribe. La familia de Gamadiel Morales se dedica a vender hojas de plátano en Matina, para envolver los tamales, pero esta semana no pudieron trabajar.

“Se afectó el negocio. Nosotros vendemos los paquetes de hojas por kilo, pero esta semana en la casa el agua llegó a los dos metros de altura”, recordó Morales.

Esta familia de Matina perdió en promedio unos ¢30 mil diarios.

Gamadiel afirmó que pasaron momentos muy difíciles , por la escasez de alimentos y de agua potable, ya que algunos pozos de la región se contaminaron.

“Tenemos que trabajar más duro para poder salir adelantes, después de esta emergencia . A nosotros nos fue bien, ya que otros que quedaron sin casa”, comentó.