Rodolfo Martín
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Le cortaron la aorta y, casi –simultáneamente– le clavaron el cuchillo en la clavícula, la axila, el brazo y el antebrazo del lado derecho de su cuerpo.

Amir Darius Jalet Rodríguez, de 33 años, acababa de ser apuñalado por un drogadicto ocho años menor, mientras estaba sentado frente al bar Danilo’s, en Guadalupe, donde cuidaba los carros.

“¡Me voy...me voy!”, le habría dicho a un vecino que llegó a auxiliarlo cuando agonizaba.

El hecho ocurrió la madrugada del 28 de agosto del 2007.

Piedras de crack

Amir fue asesinado, supuestamente, por un adicto, de apellido Barrenechea, a quien, el autor intelectual –apellidado Montero– le pagó con seis piedras de crack, según la acusación leída por el fiscal Edgardo Bonilla en el inicio del juicio donde se ventila este caso.

Amir, en realidad, fue apuñalado por cuatro dosis porque, Barrenechea, se desprendió de dos para que, un tercer adicto, de apellido Amador, prestara el arma.

Montero, al parecer, lo mandó a liquidar porque Amir, 24 horas antes, lo había “entregado” a policías encubiertos cuando, en realidad, fue usado como “carnada”, sin saberlo.

Anunció sus temores

Esta trágica historia empezó unos días antes cuando Amir, quien era un errante del barrio Montelimar, hizo amistad con un nuevo “piedrerillo” de la zona, como se lo reveló a su hermana Roda, horas antes de ser asesinado.

La noche del 28 de agosto del 2007 Amir, iba hacia el bar Danilo’s cuando lo vio en un carro con varios hombres.

El joven, le salió a su encuentro, le dijo que andaban de fiesta y que si le podía conseguir “algo”.

Amir, comentó Roda, le respondió que no, porque temía que los desconocidos fueran policías.

El muchacho lo negó y para ganarse su confianza le “regaló” ¢10 mil con la promesa que también lo iban a “invitar”.

Amir, quedó “amarrado” con el regalo, y fue a un teléfono público frente a la escuela Pilar Jiménez donde llamó a Montero.

Este, además de ser quien supuestamente le vendía la droga, también era amigo suyo.

Montero llegó en un auto rojo y cuando sacó la droga, los desconocidos saltaron del carro y, tras presentarse como policías lo detuvieron y le decomisaron la droga. Luego salieron rápido del lugar tras quitarle a Amir los ¢10 mil.

Este, se fue al bar donde estuvo atacado por los nervios.

Al día siguiente, a las 6 a.m., llegó a desayunar donde Roda, a quien le comentó lo ocurrido y su temor de que Montero tomara represalias. Roda le rogó dejar la zona durante unos meses.

Amir, sin embargo, se quedó y durante la tarde del miércoles, supuestamente, fue amenazado por Montero, quien fue liberado.

Presuntamente, luego contactó a Barrenechea en el barrio Santa Cecilia de Guadalupe y, ahí fraguó todo para acabar con Amir.