Erick Carvajal M.
ecarvajal@aldia.co.cr

David Alvarado es eso que la gente llama héroe. Un muchacho que puso su cuerpo para defender a una compañera de un asalto y el delincuente le quitó la vida de dos balazos. De eso hace siete meses.

La Policía todavía no sabe nada del asesino. Hubo una versión de que había muerto, meses después de haber cometido el crimen, pero el OIJ lo descartó.

Según informó la sección de Homicidios, el fallecido era un muchacho joven y el hombre que buscan, según su hipótesis es una persona adulta y experimentada.

El caso de David Alvarado sigue abierto a nivel judicial y todavía no hay pistas de quién lo mató de dos balazos en Desamparados.

David dejó un vacío. Con 16 años estudiaba en el colegio El Rosario. Tenía mucho que dar a su familia y amigos.

Levantaron castigo

El día de su muerte, David tuvo el permiso de sus padres para ir a una fiesta donde iban a recoger fondos para los quintos años del colegio. Como él estaba en la junta directiva no podía faltar.

“Tenía que ir a las 11:30 p.m. a recogerlo y lo mataron a las 7 p.m. Yo lo protegía mucho, pero a uno no le pasa nunca por la mente que le van a matar a un hijo”, dijo Álvaro Alvarado, padre de David.

Todos, como parte de la junta directiva, tenían una tarea asignada para la fiesta y a David le tocaba abrir la puerta a las personas que iban llegando.

Cuando la compañera se bajó del carro hablando por teléfono, un hombre en moto la amenazó con un arma de fuego para quitarle el aparato, pero en ese momento venía saliendo David.

“Él se le tiró al ladrón encima y cayeron al suelo. Mi hijo se levantó y salió corriendo, pero el delincuente le disparó para matarlo, con mala fe”, relató su padre.

La hipótesis del OIJ de que se trata de un delincuente experimentado es por la forma que le disparó, ya que el ladrón iba en la moto cuando lo hizo.

“Un disparo le entró en la cabeza, por detrás de la oreja izquierda y salió por la otra, y la segunda bala ingresó detrás de la espalda y le salió del pecho”, dijo el padre.

Último cumpleaños

El 21 de setiembre pasado, David iba a cumplir 17 años y su familia celebró esa fecha con los compañeros del colegio.

Muchos de ellos le llevaron regalos simbólicos escritos en una hoja. Unos le regalaron una computadora para que estuviera las 24 horas conectado.

Otro le regalo un permiso vitalicio para que pudiera usar tenis en el colegio, pues le gustaba mucho y en la institución los regañan si van con esos zapatos.

“Reímos, hubo conos, perros calientes, un compañero le hizo una canción, otros lo recordaron con amor. Ese fue el último cumpleaños que celebramos. Ahora vamos a recordar los años de fallecido”, dijo el padre mientras las lágrimas le llenan los ojos.

La familia de David tiene la costumbre de ir a jugar fútbol todos los sábados y el día que lo mataron no fue para poder cumplir con su obligación de ayudar en la fiesta en Desamparados.

“Ahora, en honor a él, seguimos reuniéndonos todos los sábados y a nadie le gusta faltar porque lo hacen para recordarlo y apoyarme”, comentó Alvarado.

Uno de los grandes misterios que hay sobre David es un símbolo en mandarín que escribió en su cuarto y que significa destino. No saben por qué lo hizo pero su padre lleva el símbolo en un papel en su billetera. “Me dijo una vez que si se moría estaba seguro que podía regresar”, recordó.

“Le dedicamos a David el quinto año”

Pancarta que amigos le dedicaron. Cortesía de la familia.

En su casa David Alvarado era un muchacho serio, pero en el colegio con sus amigos era un poco más abierto. Tal vez por esa etapa difícil de la adolescencia.

José Pablo Flores, uno de sus mejores amigos, comentó que David, era una persona que le gustaba proteger a los demás y también era muy colaborador.

“La protección la demostró con lo que hizo. Era un gran amigo”, dijo Flores.

En el colegio El Rosario le hicieron un bosque, que llamaron “Bosque de la paz David Alvarado”.

Allí también hicieron un mural en su honor.

“Su partida dejó un gran vacío, pero eso unió mucho a la generación. Le vamos a dedicar el quinto año”, contó Flores.

Todos, en el colegio, luchamos por ese objetivo, darle a David la satisfacción de ver a todos sus amigos graduarse. “Siempre venía a mi casa y jugábamos juegos de video y conversábamos de muchas cosas y él quería graduarse, era uno de sus sueños”, afirmó José Pablo.

Ahora todos lo consideran un héroe, que dio su vida por los demás.