Manuel Vega
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En 1939, el párroco Ricardo Acuña Miranda mandó a confeccionar el Santo Sepulcro para el templo católico de San Rafael de Heredia.

Para ello, solicitó la colaboración del artista nacional Juan Manuel Sánchez, quien lo fabricó con maderas endémicas de ese entonces, como el cedro, la caoba y el guayacán, todas que fueran donadas por el pueblo.

Un año después de la petitoria, se estrenó el Santo Sepulcro durante las procesiones de la Semana Santa de ese entonces.

En las actividades de ese año, participaron 120 caballeros de negro, quienes lo llevaron por los alrededores del templo con mucho cuidado.

En 1996, 56 años después de haberlo adquirido, se realizó la primera restauración. Los trabajos consistieron en retocar la imagen de Jesús y colocar láminas de oro en la hurna.

El costo total de esos trabajos fue de ¢1.800.000.

Esta imagen de Jesús sepultado es admirada por todas las personas que llegan al templo y todavía se utiliza para las procesiones de la Semana Mayor.

Además, algunos expertos reconocen que es uno de los mejores Sepulcros elaborados en Centroamérica, por su belleza, calidad artística y buen estado.