Neyssa Calvo Achoy
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Si su pequeño tiene problemas con el rendimiento escolar, piense en darle piscinazos.

Así es, la natación además de fortificar los músculos del cuerpo lo puede ayudar a mejorar su concentración y hacerlo más disciplinado en el estudio.

Según el instructor Failer Pinkay, de la academia Aquanautas, es un ejercicio muy completo porque ejercita las articulaciones, mejora la eficiencia del corazón y los huesos se hacen más resistentes a los golpes.

“Los niños al adquirir la práctica de la natación liberan tensión y aprenden a ser más constantes y estrictos, lo que sin duda favorece su desempeño escolar”, recalca Pinkay.

Agrega que Jim Pivarnik, investigador de la Universidad Estatal de Michigan, realizó un estudio al respecto entre estudiantes y encontró que los que realizaban actividades físicas vigorosas extraclase, como natación o fútbol, tuvieron un rendimiento académico superior. En especial, en matemáticas, ciencias, inglés y estudios sociales.

La psicopedagoga Karina Picada, lo refuerza diciendo que el nadar enseña al menor a tener una respiración más prolongada, lo que provoca que las neuronas funcionen mejor.

Enfatiza que este deporte hace que los pequeños puedan razonar con mayor claridad, les fortalece la memoria y aprenden a discriminar.

“Los obliga a enfocar un objetivo y alcanzarlo. Los entrena para que puedan trabajar en secuencias hasta llegar a la meta”, agrega la especialista.