Tomado de ABC Digital.- Damiana Hortensia es una conocida dirigente social del Departamento Central y excoordinadora de la Pastoral Social de la Diócesis de San Lorenzo. Actualmente es directora de una guardería.

Es divorciada desde hace cinco años, tras un matrimonio de 17, del cual tuvo dos hijos de 20 y 21 años.

Damiana no reclama nada y dijo que accedía a la entrevista al solo efecto de que se sepa la verdad. Manifiesta que su hijo “es fruto de una relación con Fernando Lugo, impulsada por un gran amor, de una entrega total”.

Empezó pidiendo perdón a la sociedad paraguaya y a la Iglesia, por sus faltas y por sus errores. Relató que la relación con Lugo empezó con una amistad, hace poco más de cinco años, pero su vinculación más íntima fue luego de que él renunciara como obispo.

Los contactos más frecuentes y más próximos se dieron a partir de las reuniones de grupos de dirigentes sociales y políticos para conformar Resistencia Ciudadana, hacia el 2006.

“Esos encuentros fueron los que propiciaron un acercamiento y, teniendo en cuenta que siempre sentí por él un gran aprecio, me propuse evitar los contactos y poner límites. Pero después todo fue tan natural, que explotó en los dos un momento en que sinceramos nuestros sentimientos”.

Recuerda Hortensia que un día le confesó a Lugo que siempre lo vio como un hombre, y que le parecía que eso estaba mal. “Fue una gran entrega y una explosión de sentimientos; y, por esas cosas de Dios y de la vida, nace un fruto, que es Juan Pablo”, acotó.

Juan Pablo se llama el niño que Hortensia dice que es hijo del Presidente. Asegura que tiene su fe firme y cree que es una obra de Dios. Sabe que cayó en falta, pero sostiene que es fruto del amor.

Señaló que si bien Lugo llegó a verla embarazada en los primeros meses, fue en lugares públicos, y que cuando él demostraba interés en acercarse, ella se apartó para que esto no significara un obstáculo en su candidatura.

“De mi boca no sabía, pero creo que él se imaginaba”, dijo.

Relató que desde el momento en que supo que estaba gestando un hijo de Lugo pensó en no anteponer un interés personal por encima del interés común, de la esperanza de la gente en él, por lo que dejó de concurrir a espacios políticos para evitar encuentros.