Martes 4 de agosto de 2009, San José, Costa Rica
Sucesos | Juicio contra karatecas
Guarda de fiesta no vio signos de agresión
Dice que ofendida en ningún momento pidió ayuda

  • AlDia.cr
    Además de declarar, Romero vio fotos e hizo algunos croquis, para explicar lo que conocía. José Rivera.

Hugo Solano
hsolano@aldia.co.cr

“Le dije: ‘muchacha qué es lo que pasa’, pero ella no quería salir del carro... la logré sacar, me reclamó por los zapatos... la llevamos en un diván y la dejamos donde las organizadoras”.

“Ella estaba normal, pero pasada de tragos, no dijo nada y físicamente no tenía nada”, narró ayer ante los jueces el testigo Francisco Romero, empresario de seguridad privada y exmiembro de la Dirección de Inteligencia y Seguridad.

Lo hizo en el juicio que se sigue a cuatro karatecas acusados de abusar de una corredora de bienes raíces en una fiesta de “barra libre” en Santa Ana el 12 de diciembre de 2004.

Romero dijo que llegó a un carro marrón, en el que estaba la joven con otro tipo y varios afuera porque “Coqui”, un participante de la fiesta, le dijo: “adentro está ‘Gato’ con una chavala”.

Eran casi las dos de la mañana, y minutos antes la mayoría de los 19 guardas contratados para la fiesta habían comenzado la “barrida” para alertar a los jóvenes de que la fiesta terminaba.

Romero agregó que no detuvo a nadie porque ni siquiera los paramédicos de emergencias médicas, que estaban en el sitio, hicieron nada, debido a que “el cuadro era de una persona con tragos”.

Comentó que minutos después, un grupo de conocidos se la llevó al fondo del parqueo y dijeron que estaban esperando a los papás de la muchacha para llevarla a un centro médico, luego la trasladaron al Cima, donde llegaron los papás.

Detalles de la fiesta

En la “barra libre” cobraron ¢8 mil. “El vacilón de los muchachos es tomarse esa cantidad o más en licor”, dijo Romero, oficial de seguridad.

En la actividad no se permitieron menores. Trascendió que el 95% de los muchachos estaban con tragos.

Según Romero: “en este tipo de fiestas por tanto licor e inclusive drogas sintéticas, aparte de maribuana, tiende a haber muchos pleitos”.

En el parqueo habían como 300 carros y en la fiesta unas 400 personas, según la seguridad.

Del carro al diván en que dejaron a la muchacha había como 75 metros de distancia.

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