Edgar Fonseca, Director de Al Día
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Feliz año estimados lectores. El 2009 nos llega cargado de vaticinios y expectativas.

“El nuevo presidente se verá inundado de consejos contradictorios… le sugiero… que se pase al centro… En la izquierda están las nociones fracasadas de Marx, Lenin, Stalin, Castro y Mao. Y en la derecha están las opiniones libertarias extremistas... manténgase en el centro a la hora de tomar decisiones para ayudar a los pobres y a las clases medias”.

Paul A. Samuelson, Premio Nobel de Economía, reta, así, al flamante nuevo presidente de los Estados Unidos.

De aquí al 20 de enero, el mundo fija su atención en el arribo de Barack Obama, al mando de la primera superpotencia y la magnitud de sus decisiones en medio de la borrasca económica y política. La cuesta de la recesión mundial apenas empieza.

Según algunas estimaciones, será hasta el cierre de año cuando las principales economías empiecen a recuperarse y, por ende, cesen los peores efectos sobre las naciones más vulnerables a este chaparrón.

La nuestra es una de ellas. Las playas guanacastecas lo atestiguan.

El Gobierno está limitado a oxigenar, coyunturalmente, los bancos públicos y a cruzar los dedos por empréstitos varados en la Asamblea y el país parece navegar conforme el vaivén de sus logros macros.

Clarividentes locales insisten en que “El Malacrianza” del 09 no será tan fiero como lo pintan, pero la realidad impone previsión, austeridad, eficiencia en la restricción de los tiempos.

Que cese el despilfarro de convenciones sindicales; que dejen de meter mano en los salarios de miles de trabajadores públicos; que en un año de apretón, cada quien ponga, sobre todo los parásitos de recursos estatales.

El silencio- El castrismo celebró… a escondidas, 50 años de devastación totalitaria.