Carlos Láscarez
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Sarapiquí. - A una semana de haber ocurrido el terremoto de 6,2 grados que enlutó a todo el país, decenas de personas, muchas veces anónimas, han brindado una mano de ayuda en medio de la adversidad.

Uno de esos casos es el del nicaragüense Omar Aragón Hidalgo, de 44 años, encargado de la cocina móvil del Ejército de Salvación.

Desde el sábado pasado, se instaló junto con cuatro voluntarios a fin de colaborar en la preparación de unas 300 comidas para los diferentes cuerpos de socorro presentes en el centro de mando.

Su día se inicia a las 5:30 a.m. con la elaboración del desayuno y finaliza a altas horas de la noche.

Para ello tiene a su disposición dos cocinas de gas y los ingredientes necesarios.

“El amor de Cristo hacia los demás es lo que me motiva. Siempre nos desplazamos hasta donde hay emergencias. Como músico toco la flauta traversa y soy un reflejo de que sí se pueden superar los vicios. Pienso casarme el próximo 14 de febrero, pero primero tengo que cumplir aquí”, dijo Omar, con emoción.

Otra persona que llegó a brindar una mano de ayuda fue el sacerdote Sergio Valverde, quien junto con una comitiva de más de 250 personas, ayer repartió alimentos, productos de higiene, ropa, bebidas y hasta juguetes, a quienes aún permanecen en alguno de los cuatro albergues que están habilitados.

En el centro del poblado, el religioso brindó apoyo moral a los allegados de Jonathan José Bolaños Sosa, quien hace una semana fue víctima de un alud en Cinchona.

A un primo de Bolaños hasta le regaló un carrito de juguete en medio del drama que hoy viven.

Hallan a padre e hija

Ayer, minutos antes de las 10 a.m., los rescatistas dieron con los cuerpos de Francisco Zamora Valerio, de 46 años y de su hija Daniela Zamora Cambronero, de 16. Estaban debajo de la soda La Estrella, en Cinchona.

Con este rescate, ya llegan a cuatro las víctimas mortales de una sola familia que fueron recuperadas en ese mismo sector.

Trascendió que serán sepultados hoy a las 2 p.m. en el Monte de La Cruz, Heredia.

“Un milagro”

Pedro Pablo Quirós, presidente ejecutivo del Instituto Costarricense de Electricidad (ICE), visitó ayer la planta hidroeléctrica Cariblanco y confirmó que las labores se centran en la remoción de barro y escombros. Agregó que deben probar varios paneles eléctricos que estaban fuera del edificio y algunos motores que tienen barro.

“El cuarto de control para manejar la generación está destruido. Si sucede lo mejor, lo tendríamos de nuevo funcionando en cuatro meses, aunque sea a medio vapor, lo que sería fundamental para no comprar diésel en demasía en el otro verano”, dijo.

Señaló que es probable que no se produzcan racionamientos en el servicio eléctrico.

En cuanto a la planta del proyecto hidroeléctrico Toro II, Quirós catalogó lo ocurrido como un milagro, ya que ningún equipo interno resultó dañado.

Debido a la cantidad de barro en los alrededores, los evaluadores no han cuantificado los daños en millones de colones.

En el caso de Toro III, que está en construcción y sufrió problemas por la entrada de agua, el funcionario dijo que han drenado más de la mitad del líquido.

Sobre los tendidos eléctricos, explicó que se han rehabilitado 12.800 servicios y el suministro de fluido para todas las lecherías de la zona. El no poder ordeñar a las vacas estaba dejando una pérdida de 75 mil litros al día, según la cooperativa Dos Pinos.

“Si no hubiera habido una red eléctrica sólida, el suministro de electricidad se habría suspendido en toda la nación. Se nos cayeron más de 230 postes, pero en cuestión de horas las cuadrillas han laborado a fondo para instalarlos de nuevo”, comentó.

Entre radios y frecuencias

Con 17 años de experiencia cubriendo diversas emergencias en todo el país, Óscar Mora Leandro, de 52 años, indicó ayer que su familia está acostumbrada a verlo dejar la casa hasta por 10 ó 15 días.

Se desempeña como operador de radio de la Comisión Nacional de Emergencias.

En este tipo de eventos se levanta a las 5:30 a.m. y se va acostando a las 11 p.m. “Hay que estar al tanto de las frecuencias y los radios. Mi esposa y mi familia ya están acostumbrados a verme salir. Nos mantenemos al contacto por teléfono”, dijo ayer.

Sobre el terremoto de hace una semana, este funcionario reconoció que lo dejó marcado, ya que fue una emergencia muy fuerte, donde hubo muchas pérdidas humanas. “Es muy diferente al ocurrido en 1991 en Limón. Me gusta cumplir con mi deber y el amor hacia el prójimo, ya que soy cristiano. Es darle un poquito de alivio a las personas en medio del dolor que los embarga”, expresó este vecino de El Porvenir de Desamparados.

Lágrimas de emoción

Para el cruzrojista Francisco Soto Vásquez, de la sede de San Antonio de Belén, el día de ayer fue diferente, luego de que visitó Cinchona y logró rescatar a varios animales, entre los que destacaban perros, un cerdito y una pequeña cabra que lo abrazaba.

"He estado en varias operaciones, la última fue en Batán. No es el hecho de sólo salvar vidas humanas, sino animales. Hoy me topé con un panorama desolador y sé lo que está pasando la gente de ahí. Es un granito de arena lo que ponemos acá. La cabrita estaba sola y lo que hicimos fue cuidarla. Hasta pensé que me había orinado", relató en medio de lágrimas de emoción y asombro este socorrista con 10 años de experiencia.

Los animales que no pudieron bajar en helicóptero los dejaron arriba con comida y agua. Estas víctimas de cuatro patas fueron trasladadas al refugio de animales en San Rafael de Heredia.