Jueves 15 de enero de 2009, San José, Costa Rica
Nacionales | Equipo de Al Día llegó a catarata afectada
La Paz es ahora escenario de muerte y destrucción
El terremoto cambió drásticamente la apariencia del sitio
  • AlDia.cr
    Así se veía ayer por la mañana la catarata, con el agua todavía turbia. Fotos Abelardo Fonseca.
  • AlDia.cr
    El terremoto de hace una semana hizo estragos en el templo de Vara Blanca de Heredia. El piso, las paredes e imágenes de Jesús y la Virgen sufrieron daños.
  • AlDia.cr
    Para llegar a la catarata La Paz, se debe bajar con una cuerda en el sector donde se cayó la carretera. En el fondo del precipicio hay una buseta de turismo.
  • AlDia.cr
    Los propietarios de vehículos aprovecharon la apertura de algunos caminos para buscar los suyos que abandonaron tras el sismo. El OIJ les dio autorización.

Alejandro Arley Vargas
yaguilar@aldia.co.cr

¡Por Dios! Es lo primero que dije cuando llegamos a la catarata La Paz, en Vara Blanca de Heredia, a eso de las 10 a.m. En mi mente estaba la imagen bella del agua corriendo y los turistas tomando fotografías, pero lo que tengo a la vista es simplemente aterrador.

El terremoto del ocho de enero cambió para siempre la historia de este lugar. Camiones y carros livianos destrozados marcan el sitio donde fallecieron varias personas. La soledad, el poderoso sonido del agua y los derrumbes a mi alrededor asustan mucho.

Me acompañan Abelardo Fonseca, fotógrafo de Al Día, y el conductor Alexis Barrientos.

Se escuchan pequeñas piedras y tierra suelta que cae de las laderas. La catarata, testigo mudo y sobreviviente del potente sismo, aún no emana líquido cristalino.

“¿Cómo no iba a morir gente aquí?”, pensé. El desastre es mucho mayor de lo que imaginaba.

“¿Qué opinás de esto?”, le pregunto a Abelardo.

“No me lo imaginaba, ni creo que lo vayamos a olvidar. Una parte turística tan linda y saber que aquí murió tanta gente”, dijo.

Eterno camino

Llegar a la catarata no fue fácil. Del hotel La Paz Waterfall Gardens, hay que bajar unos 700 metros hasta donde la carretera se partió y se ve una buseta de turismo en el guindo.

Bajamos con ayuda de una cuerda, atada a un poste de electricidad que quedó en el suelo tras el terremoto. Un sendero improvisado entre el derrumbe nos guía hasta una porción de camino que se salvó.

Tras caminar un poco, topamos con otra montaña de barro y árboles derribados.

Sorteamos el deslizamiento y empezamos a escuchar la caída de agua. Sabemos que rescatistas pasaron por la zona, por las huellas que dejaron.

Avanzamos un tramo por asfalto agrietado hasta donde el lodo vuelve a amontonarse. Ahí está la catarata y, a su lado, los restos de una tragedia.

A nuestra izquierda, la montaña desnuda, un paredón de unos 50 metros de alto nos hace dudar. “Creo que hasta aquí Alejandro”, dice Abelardo. Confío en su experiencia y dejamos de avanzar. ¡Por Dios!, digo una vez más.

Publicidad
Publicidad
  • Video-reportaje de Alejandro Arley en la catarata La Paz.

Recomienda esta página a un amig@
Recomienda esta página a un amigo

© 2009. Periódico Al Día. El contenido de aldia.cr no puede ser reproducido, transmitido ni distribuido total o parcialmente sin la autorización previa y por escrito del Periódico Al Día. Si usted necesita mayor información o brindar recomendaciones, escriba a webmaster@aldia.co.cr.