Domingo 22 de febrero de 2009, San José, Costa Rica
Nacionales | Afectados por despidos aconsejan valorar el trabajo
Pese a carencias, desempleados echan pa’lante
Un técnico electromecánico piensa vender el carro para tener dinero, una administradora de negocios hace almuerzos y un encargado de exportaciones quiere poner su librería
  • AlDia.cr
    Óscar Pérez cuenta con el apoyo de su esposa Rocío Vargas (de blusa café) para buscar un nuevo empleo. Alexánder Otárola.

Alejandro Arley Vargas
aarley@aldia.co.cr

A problemas extremos, medidas extremas. “Pienso vender el carro para tener plata”, me dice Óscar Pérez, vecino de Alajuela, quien tiene cuatro meses de estar desempleado.

“Hasta ahora me la he jugado con la liquidación del trabajo anterior, pero tengo mucha preocupación e incertidumbre”, cuenta este técnico en electromecánica, de 44 años.

Su esposa, Rocío Vargas, lo sufre igual. “Son noches de llorar y no dormir”, afirma con pena.

La pareja tiene dos hijos, de 15 y 11 años de edad.

Debido a la crisis económica y a los despidos que se han dado en los últimos meses en empresas del país, las historias como éstas se repiten en cientos de hogares costarricenses.

Pese a las congojas, apuros y carencias que sufren los desempleados, la mayoría de estas personas tomaron una sabia decisión: echar pa’lante.

Don Óscar tiene miedo de que por su edad no le den trabajo, pero no para de buscarlo. De hecho nuestra conversación la sostuvimos en la feria bilingüe de empleo que organiza Cinde en el Centro Nacional de Cultura (Cenac), el viernes pasado.

Su esposa tampoco se rinde. Después de que despidieron a su marido, intentaron poner un negocio de comida en el centro de Alajuela, pero no funcionó.

“Tenemos esperanza, no queda más. Gracias a Dios tenemos casa propia y no estamos alquilando”, confiesa Vargas.

La situación que arrincona a esta familia hizo que Pérez pensara en la venta del vehículo.

No es el único caso. Al Día le cuenta varias historias de costarricenses que no se dejan vencer por la adversidad.

Como todo en la vida, sé que algunos la tienen más difícil.

Por eso, las palabras de doña Rocío no se me borran de la mente: “Muchacho, hágame un favor, si puede, dígale a la gente en ese reportaje que valore el trabajito que tiene”.

Estimada señora, hoy cumplo mi promesa. Pero no soy yo quien le va a recordar a los lectores el valor del trabajo, sino su historia.

¡Ahorre!

Un despido puede tomar a cualquier familia por sorpresa. Por eso, el ahorro es de vital importancia para enfrentar períodos prolongados sin tener un empleo.

Cinthya Zapata, directora de la Oficina de Apoyo al Consumidor, aseguró que en tiempos de crisis, cada colón ahorrado cuenta, incluso el de las monedas de ¢500 o ¢100 que se hace en alcancías.

Wagner Eduarte, del Centro para la Investigación de la Persona, recomienda no pedir dinero prestado si se pueden obtener ingresos de otra manera, como con la venta de artículos que no se usan en la casa o con trabajos ocasionales los fines de semana libre.

Según Eduarte, se debe tener, en la medida de lo posible, un colchón de ahorro que equivalga a por lo menos tres meses de salario. Eso le dará mucha tranquilidad.

  • AlDia.cr
    Carmen Capoano, de la Dirección Nacional de Empleo, recibe ofertas de las empresas todos los días. Alexánder Otárola.
En el Ministerio le ayudan

Muchas personas que fueron despedidas recientemente no saben de la ayuda que les puede dar el Ministerio de Trabajo.

La Dirección Nacional de Empleo, ubicada en San José centro, antiguo edificio Numar, tiene un servicio de intermediación que conecta a los trabajadores con las empresas.

Carmen Capoano, directora de la institución, comentó que en los últimos meses ha habido un incremento en el número de personas que buscan el servicio.

“Podríamos hablar de un 30 por ciento. Llegan en promedio unas 125 personas por día”, precisó Capoano.

Si le interesa esta posibilidad, vaya entre lunes y viernes a la sede de la Dirección Nacional de Empleo, antes de las 8 a.m.

Lleve el original y fotocopias de constancias de estudios, constancias de experiencia laboral y de la cédula de identidad.

La opción está abierta para personas mayores de 15 años.

Una vez que se registre, se le hará una entrevista socio-laboral para determinar el perfil del puesto por el que puede optar.

La Dirección Nacional de Empleo contacta a las empresas y les envía una terna de candidatos para el trabajo.

Si usted no es elegido por la empresa, sus datos quedan registrados y la opción de colocarse en otro lugar se mantiene abierta.

“Deben recordar que los trámites son gratuitos”, agregó Capoano.

También existen otras bolsas de empleo en las municipalidades de San José, Alajuela, Heredia, Belén, Escazú, Desamparados, Montes de Oca, y otras de Guanacaste y Puntarenas.

  • AlDia.cr
    Sergio busca trabajo todos los días. Alejandro Arley.
“Ahora hago mandados”

Sergio Mora, de 42 años, era repartidor de Domino’s Pizza, pero con el cierre de los locales, a inicios de este mes, quedó desempleado.

El pago de sus prestaciones está en proceso y mientras esa plata llega, hace malabares para sobrevivir.

Su gran preocupación son su esposa, sus dos hijos, de 17 y 15 años, y los ¢90 mil que debe pagar mensualmente por el alquiler de su casa en San Cayetano, San José.

Sin ahorros para salvar la tanda, echó mano a lo primero que pudo.

“Empeñé el televisor, el equipo de sonido y otras cosillas. No podía dejar que mis hijos se fueran al colegio sin desayunar”, expresó Mora.

Además de buscar trabajo todos los días, con la plata que juntó alquiló una moto y se puso a hacer mandados a varios amigos que son profesionales y necesitan ayuda con la oficina.

Pese a su esfuerzo, a veces no ve más que ¢3 mil al día.

“Yo apenas tengo la primaria y por eso me preocupa pensar en quién me va a contratar”, finalizó.

  • AlDia.cr
    Sigue buscando un trabajo estable. Alejandro Arley.
Si hay fiesta, lleva la “disco”

Esteban Ramírez tiene 29 años, es vecino de Guadalupe, vive en unión libre y tiene dos hijos, de 3 y 9 años. Por este último paga una pensión alimentaria.

Hasta inicios de mes fue repartidor de pizza en Domino’s, pero con el cierre de la franquicia en Costa Rica corrió la misma suerte que 122 personas.

En la pizzería trabajó solo seis meses. Por eso, sabe que sus prestaciones no son suficientes para salir de apuros.

Tenía casi abandonada una discomóvil, pero ahora se convirtió en un empujoncito adicional.

“Si hay una fiesta voy y pongo la música y por lo menos saco para la gasolina”, añadió sonriente.

Su madre y otros familiares le han tendido una ayuda económica para sortear este momento de crisis, sobre todo porque alquila un apartamento.

Llevaba tres semanas sin trabajo, pero consiguió algo temporal con una empresa de publicidad. “Hago perifoneo (anuncios con altoparlantes) y propaganda”, comentó.

  • AlDia.cr
    Jorge Castro no pierde el optimismo. Herbert Arley.
Quiere montar una librería

Jorge Castro sabe que ésta es su última semana de labores en una empresa que exporta plantas. En la compañía le dijeron que ya no van a contar más con sus servicios.

Castro comentó que, debido a la crisis en Estados Unidos, donde se exportan las plantas, ha habido bajas en las ventas, que afectaron los ingresos de la compañía.

Ante este panorama, se puso a pensar en opciones para generar ingresos.

Vive en Tibás, cerca del parque, por donde a diario ve pasar muchos estudiantes de escuela y colegio, así que la idea de montar una librería le sonó interesante.

“Es un proyecto a medias con mi hermana. Es cuestión de acondicionar la casa”, manifestó.

Aunque no aparenta, Castro tiene 51 años y eso le hace creer que puede ser difícil hallar un nuevo empleo.

“Voy a buscarlo, claro que voy a buscar. Si hay que lavar carros o planchar, lo hago. Siempre he trabajado y no voy a dejar de hacerlo”, agregó este amante del atletismo.

  • AlDia.cr
    Yajaira aprovecha cuando llega algún cliente y le da una tarjetita para que le haga publicidad. Christian Campos.
Contadora que cocina por encargo

Christian Campos
Corresponsal

Yajaira Villareal es una administradora de empresas, vecina de Playas del Coco, que fue despedida recientemente de una empresa constructora, tras un año y tres meses de trabajar para ella.

Ahora, con el conocimiento que aprendió de su madre en los oficios de la cocina, se dedica a hacer almuerzos, casados, cafés y hasta cenas para quienes la conocen y saben que su cuchara es algo exquisito.

De joven invirtió su tiempo estudiando y aprovechó el crecimiento inmobiliario cerca de su casa para trabajar en la empresa constructora.

Villareal comentó que en la compañía ella era la única contadora, pero luego del despido, volvió sus ojos a los platos y cubiertos.

Para su idea contó con el apoyo de su esposo, Rolando Martínez, y ahora confiesa que "Dios sabe porqué pasan las cosas”.

“Mi hija, que tiene 6 años, necesita un poco más de mí y en la casa puedo cuidarla yo misma", expresó.

Trabajar de esta forma le ha hecho pensar en la posibilidad de tener un negocio de comidas formalmente.

Con Villareal se aplica aquello de que “al mal tiempo, buena cara” . Como ella misma lo dice: "de las crisis surgen las oportunidades".

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