MSc. Margarita Murillo Gamboa
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Educar a nuestros hijos varones entre los 11 y los 14 años, es un gran reto y un gran momento para poder construir con ellos su identidad como hombre.

Los muchachos de estas edades nos podrán confundir un poco, sobre todo porque creemos que al verlos sentados ante el Play Station, Wii o Xbox, no está sucediendo nada en su interior.

La coacción cultural y erotizada es muy fuerte. Una de las presiones es afirmar su masculinidad por medio del estímulo de cuerpos desnudos femeninos o videos que provoquen excitación.

Los hijos varones están más expuestos de lo que estuvimos nosotros a estímulos que los harán sentir cosas que no comprenden, y que sobre todo los incitan a sobre estimular la búsqueda del placer. Algunos padres de familia, opinan que si un muchacho ve bastante a las mujeres desnudas, eso le afirmará su heterosexualidad. Este es un pensamiento equivocado, pues afirmarse como hombre está basado en una buena autoestima y una identidad psicosexual equilibrada.

Existe una presión cultural dentro de los hombres por tener relaciones coitales lo antes posible, como una forma de adquirir “experiencia” como hombres.

Por investigaciones con diferentes grupos sabemos que aquellos padres que con sus hijos adolescentes son amorosos y muy firmes, les evitarán que esta parte de sus vidas sea muy convulsa y les darán la seguridad necesaria para poder arrancar a la siguiente etapa. Demostrarles que estamos ahí con ellos, hablar abiertamente de lo que están sintiendo, ayudarlos y exigirles horarios de estudios, será fundamental en su adecuado desarrollo.

Consultas

¿Cómo hago para tener más deseo?

La mujer debe educar su deseo, permitirse explorar su cuerpo, disfrutar y ver el encuentro coital como un espacio de salud. No debe mirar las relaciones como una “necesidad” del hombre, sino como una condición del cuerpo.

¿Por qué cuando peleamos ellos quieren sexo y nosotras no?

Si hay un conflicto, ellas buscarán conversar, pues la fortaleza de las mujeres es hablar. La de ellos es penetrar, esa es la manera que creen que pueden afirmarse y “tener contenta a la mujer”, según la cultura popular.