México / DPA. - El número de niños fallecidos el viernes en el incendio de una guardería en el noroeste de México aumentó a 38, además de que hay 41 pequeños y seis adultos hospitalizados, informó ayer el gobernador de Sonora, Eduardo Bours.

“Todo pasó de repente. Los niños estaban dormidos”, dijo entre lágrimas María Gasca Sandoval, una de las personas que cuidaba a los niños.

La guardería funcionaba en una casa grande con techo de poliestireno, sin salidas de emergencia, en un barrio de clase media-baja en Hermosillo, a unos 1.900 kilómetros al noroeste de Ciudad de México.

Eran las tres de la tarde. El calor derritió partes del techo, que cayeron sobre los niños. La guardería “ABC”, ubicada junto a un negocio de llantas, una bodega de vehículos y una gasolinera, se convirtió en un infierno.

Las maestras desesperadas, corrieron a pedir ayuda. Peatones y empleados de la gasolinera sacaron a bebés desvanecidos o fallecidos, hasta que llegaron los cuerpos de rescate. Después, se escuchó el sonido de las sirenas y los gritos de los padres.

“No había llanto de niños. Todos estaban inconscientes o muertos”, relató a la prensa Roberto, un vecino de la guardería. Cuando él ingresó, sin poder distinguir nada entre el humo, sus pies tocaron a varios niños que yacían en el suelo.

“Esta es una tragedia espantosa, pero el fuego no se originó ni se ocasionó en la llantera”, afirmó Víctor Hugo Ayala Núñez, el dueño de la Llantera Ayala, señalada en un inicio como el sitio donde se originó el fuego.

Ahora, en medio del dolor de las familias, las autoridades investigan las causas y el lugar dónde comenzó el incendio.