Scarborough, Tobago. - Fue una semana de ensueño que dejó a Costa Rica con un pie dentro de Sudáfrica 2010.

Primero contra Estados Unidos, el miércoles, y ayer con victoria de oro en Trinidad y Tobago. Seis puntos de seis, no se puede pedir más.

La última sonrisa al ritmo de “socca”, que puso a Costa Rica a un pasito del Mundial, pero costó muchísimo.

Del primer tiempo hay pocas luces positivas que resaltarle a una Selección tica que sufrió como pocas veces en esta eliminatoria. Más, incluso, que en México, porque la Tricolor de la primera parte de ayer se vio enredada en el accionar de ida y vuelta de los trinitarios.

Por eso le costó encontrar la pelota para llevarla con sentido al área visitante. A los ticos se les dificultó entrar en el partido, le costó ubicarse en la cancha del estadio Dwight Yorke y por ahí comenzaron sus complicaciones más pronunciadas.

En parte baja Costa Rica no tuvo solidez en la marca, en línea de volantes Wálter Centeno no encontró fluidez con el balón y Celso Borges se vio intermitente, mientras que en el ataque no había alimentación de balones para inquietar con más pegada.

Así se fue complicando el juego en la inicial hasta que el trinitario Carlos Edwards asestó el primer golpe de tiro libre, al 29, que dejó sin chance la tardía reacción del portero Keylor Navas para el 1-0.

El gol tocó en lo profundo a la “Sele”, que quiso sacudirse rápidamente, pero más con orgullo herido que con un fútbol claro.

Saborío la tuvo cerquita al 31 en un balón que debía picar, pero le llegó el desquite al 40 cuando anotó el empate, tras un centro de Sirias por la izquierda.

Un empate que por poco cambia a ventaja de no haber sido por la que se comió solito, solito Pablo Herrera, a dos minutos del cierre de este periodo.

Ya en el complemento se encendieron más luces que alumbraban un posible triunfo y con éste acercarse mucho más al Mundial de Sudáfrica.

A siete minutos de la reanudación Celso Borges puso el segundo de Costa Rica y la esperanza subió de nivel. La “Sele” ya jugaba mejor, con más criterio en compañía del balón, pero sin alejar totalmente el peligro y por eso nos empataron con el tanto de Collin Samuel, al 62.

Pero la Tricolor no se intimidó y siguió en lo suyo. Mantuvo las caricias a la pelota y no se alejó de la idea de hacer daño por la bandas, por donde Pablo Herrera colgó el centro para que Celso, al 68, volviera a anotar en una noche caribeña llena de tensión, pero también cargada de olor a Mundial.

Un triunfo que sabe a gloria y que dejó a Costa Rica a punto de caramelo.

Se jugaron dos partidos en cuatro días con nota de 100. Nada mal para seguir como líderes de la hexagonal y que los demás sigan chupando rueda. ¡Qué sabroso!