Pablo Aguilar
Periodista
paguilar@aldia.co.cr

Tras ser partícipe del segundo concierto de Iron Maiden en Costa Rica, descubrí la solución para tener una mejor vida: todos hagámonos metaleros.

Así de sencillo.

No se trata de usar pulseras de picos, uñas o camisetas negras, sino de vivir con pasión nuestra vida y trabajos.

“Es motivante, inspirador”, nos contó una joven en el concierto a mi compañero Isaac y a su servidor.

Y es precisamente eso: tengamos pasión, inyectémonos de lo que hacemos.

Entregarnos al estudio, trabajo o relación de pareja, con la misma pasión que estos metaleros pasaron una semana bajo el frío de la noche o el ardiente sol, solamente para vivir como el fan número uno que son.

Si fuéramos fans devotos de nuestras parejas no habría violencia doméstica.

Si le ponemos pasión a nuestros empleos, Costa Rica produciría mucho más y mejor.

Por eso me voy hacer metalero. Voy a poner empeño para mejorar, no solo mi calidad de vida, sino también este pedazo de tierra donde vivimos.