Milton Montenegro
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Uyyy manudos que dolor.

Cuando el juego expiraba, cuando el empate era un buen negocio, Saprissa lo hizo otra vez.

Saprissa recurrió a su “saprihora” y de nuevo hincó a la Liga.

Al minuto 90 Wálter Centeno tomó el balón y en ejecución de tiro libre directo le puso “paté”.

Lo demás usted lo conoce, golazo de Centeno, quien festejó en grande, lo gritó con el alma, mientras algunos jugadores rojinegros solo atinaban a llevarse las manos a la cabeza.

Hasta ahí todo bien, un tanto que inclinó la balanza a favor de los tibaseños, una anotación que llevaba el sello de Wálter, pero bien el compromiso pudo terminar empatado, porque los equipos se prodigaron, hicieron un buen encuentro y ninguno merecía la derrota, pero el fútbol no es de méritos, sino de quien hace los goles. Lo malo y bochornoso fue lo que se presentó al concluir el partido. Golpes y patadas iban y venían. No es posible que esto se presente entre profesionales, no es posible que a los jugadores se les haya olvidado que son ejemplos, que muchos niños dicen quiero llegar a ser como aquel futbolista.

¿De quién es la culpa?, seguro nadie lo sabe, pero es claro que el panal lo alborotaron Jeaustin Campos y Marcelo Herrera.

Los técnicos casi se van a los puños a pocos minutos de terminar el primer tiempo.

A ellos hay que elogiarles el planteamiento abierto, de ir al frente sin buscar tanto la marca y mucho menos el juego artero.

Así se deben jugar los partidos, así da gusto ver un clásico.

Pero lo que se les debe reprochar es la actitud, el mal ejemplo que dieron al final del primer periodo. Que si uno le dijo llorón a otro, o fue aquel quien ofendió primero. No importa quién lanzó la primera piedra, lo que interesa es que la escena montada por Marcelo Herrera y Jeaustin Campos fue de muy mal gusto.

Señores, sin importar quién fue el culpable, ustedes casi ensucian el buen trabajo de sus pupilos en la cancha. Ustedes por poco ensucian el balompié y eso que ambos son hombres de fútbol.

Ustedes encendieron la mecha y esta estalló con los puñetazos de sus jugadores. Ahora no vengan a evadir responsabilidades. Lástima porque fue un lindo partido.