Carlos Láscarez S.
clascarez@aldia.co.cr

Un electricista que conducía su vehículo a alta velocidad acabó ayer con la vida de un pensionado que se dirigía al Parque de la Paz para realizar sus ejercicios matutinos.

Rubén Arguedas Hernández, de 59 años, falleció en el accidente a las 7:10 a.m. en el puente sobre el río Tiribí, en la radial que comunica Paso Ancho con Loma Linda de Desamparados.

De acuerdo con el oficial de Tránsito Luis Araya Méndez, a la víctima le faltaban unos tres metros para llegar al otro lado de la calle cuando fue embestido y lanzado al carril contrario.

Una pequeña loma y un leve ascenso en la carretera habrían impedido al chofer y al atleta percatarse de lo que estaba por ocurrir, añadió Araya.

“Hubo exceso de velocidad por parte del conductor del vehículo, ya que los agentes del OIJ encontraron una huella de frenado de más de 40 metros”, dijo Araya.

La velocidad permitida en las zonas urbanas es de 40 km/h, lo que en este caso, al parecer, fue irrespetado.

La alcoholemia efectuada al conductor resultó negativa.

El hermano de la víctima, Florencio Arguedas, comentó a Al Día que Rubén salía a correr todos los días y varias veces le había dicho que tuviera cuidado en la carretera.

“Además de correr, le gustaba mucho el fútbol. Tenía dos años de haberse pensionado, tras laborar 30 en la empresa Constenla. Estaba a 150 metros de la casa”, relató, con asombro, Florencio.

El pensionado tenía 38 años de casado y era padre de dos hijos.

Después de arrollar a Arguedas, el conductor del vehículo, un electricista de apellido Reyes, chocó contra el muro divisorio del puente. El golpe lo devolvió a la vía y se detuvo cuando ya estaba al otro lado.

Al vehículo involucrado le hacía falta la Revisión Técnica Vehícular, confirmó el oficial Araya.

El chofer fue trasladado a la Fiscalía, donde rindió declaración y el padre de este bajó del carro equipo eléctrico y de soldar.

Muy activo

Florencio Arguedas, hermano.

Era el tercero de nueve hermanos. Era superactivo y disfrutaba de estar en la casa y departir con otros”.

Álvaro Corrales, consuegro.

Gustaba de recoger a la nieta en la escuela. Minutos antes de esto, lo saludé. Fue excepcional y siempre activo”.

La víctima

Rubén Arguedas H.

Edad: 59 años