Jorge Umaña, corresponsal GN
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Luz Marina Álvarez, propietaria del restaurante El Llano, lamentó ayer cuando cruzaba el puente nuevo sobre el río Grande de Tárcoles, a las 6 a.m., que fueran necesarias cinco muertes para que el Gobierno hiciera algo.

La estructura, tipo Bailey, quedó habilitada desde ese hora para los vehículos livianos, luego de 22 días de que el viejo puente se desplomó sobre el cauce el pasado 22 de octubre.

Rodrigo Saborío Vega, director de Operaciones del Parque Tropical Turubari, criticó que se dejaran los dos muros de piedra que sostenían los cables del antiguo puente de hamaca. “Con estos muros se hace sumamente incómodo el paso de busetas”, comentó Saborío.

El tránsito fue regulado, debido a que operarios de la empresa Proconsa, contratada por el MOPT, ultimaban detalles como el ajuste en tornillos y la colocación de lastre en la zona de acceso a ambos lados del puente.

En un comunicado de prensa del MOPT, se establece que la nueva estructura tiene capacidad para soportar hasta 32 toneladas.

Marco Vargas, ministro del MOPT, indicó que el puente se pudo instalar en corto plazo para poder unir a ambas comunidades.

Eduardo Mejías, taxista de Orotina, comentó que el puente nuevo beneficia a la comunidad de Turrubares, pues al caerse el antiguo debían pagar ¢8 mil por viaje, pero ahora solo ¢3 mil.

* Colaboró Erick Carvajal.

Otros puentes

Puente en San Jerónimo de Esparza: Se cambiará por un Bailey, pues el análisis del cableado realizado entre el MOPT y el Instituto Tecnológico, confirmó la necesidad de mantenerlo en servicio únicamente para peatones, motocicletas y bicicletas.

Puente Grano de Oro, Turrialba: Ayer se realizó el estudio al sistema de cableado para determinar el nivel de resistencia y definir su reparación o sustitución. Ese mismo procedimiento se realizará en el puente sobre el río Pejibaye, donde también se restringió el paso de automotores.