Carlos Hernández, corresponsal GN y Rodolfo Martín
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Alajuela.- La nicaragüense Ana Rosa Ortiz Martínez, una adolescente de 17 años asesinada a machetazos el martes en el poblado de La Vieja, de Florencia, habría sido raptada y traída a la fuerza a Costa Rica precisamente por quien figura como sospechoso de su muerte, ser el padre de su hijo y de la de su madre, Inés Ortiz López, 21 años mayor.

Así lo reveló ayer Yorleny Torres Pérez, testigo presencial y sobreviviente de los hechos, tras haber sido dada de alta en el hospital San Carlos adonde fue remitida con una severa crisis nerviosa por presenciar los hechos.

El sospechoso, Alexánder Flores Bravo, también nicaragüense, descuenta desde ayer seis meses de prisión preventiva en la Unidad de Admisión de La Marina, en San Carlos.

Confesión

La confesión la hizo Ana Rosa, según Yorleni, hace 22 días cuando ellas se encontraron por tercera vez en las citas de control prenatal, en el Ebais de Florencia.

Ella, al parecer, le narró estar destrozada porque tenía un año y seis meses de no saber nada de su familia porque, el hombre con quien convivía, la había sacado a la fuerza de Nicaragua y, nunca había querido darle dinero para llamar por teléfono.

Yorleni, se conmovió con la historia y le compró una tarjeta de ¢1.000 con la cual llamó a la mamá desde un teléfono público cercano al Ebais.

“¡Mamá estoy viva. Estoy viva pero muy triste... tengo muchos problemas”, recordó Yorleny haber escuchado.

Una vez que terminó la conversación, le dio su dirección por si en algún momento necesitaba alguna ayuda.

La madre, que también estaba embarazada, se vino a verla y el martes ambas llegaron a la casa alrededor de las 11:30 a.m.

Luego de almorzar, se sentaron en una cama a “hablar cosas de mujeres” y ahí Yorleny supo que eran agredidas.

Además, narró de manera dramática, cómo tuvo que salir a esconder en un potrero a su hijo de 11 días porque Flores, antes de asesinar a las dos mujeres, casi hizo lo mismo con el bebé.