Felipe Arrieta Sánchez, colaborador
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No por nada fue la preocupación de todos durante la semana, y la defensa nacional volvió a ser un coladero, mostrando las carencias defensivas de nuestro fútbol.

En el primer gol azteca la pasividad de Carlos Johnson asusta, el mexicano Dos Santos recibe el balón, avanza, mira al frente y dispara ante la vista y paciencia del lateral derecho, quien nunca se animó siquiera a hacerle muecas.

El segundo y tercer gol fueron calcados, donde quedaron muy mal parados los centrales ticos Umaña y Delgado, así como Junior, quienes mostraron toda su lentitud, su mala ubicación, su floja marca, el poco criterio para realizar una cobertura, un par de jugadas donde lo único que cambió fue el nombre de los verdugos, Franco y Guardado.

Contraataque por la banda izquierda, Junior nunca llegó, en ninguna de las dos jugadas, y cierra solo el atacante mexicano, mostrando la mala marca de Umaña y Delgado.

La gran preocupante es que Kenton tiene solo tres días para modificar una defensa que no da pie en bola, con pocas variantes que puedan marcar una verdadera diferencia.

“No hay nada que decir, México fue superior, el primer gol fue un golazo y los otros dos en contraataque por irnos arriba”, declaró Junior Díaz, lateral izquierdo, y partícipe directo anoche en el segundo y tercer gol mexicano.

Lo de Honduras no fue una casualidad, el mal accionar de la parte baja no es culpa de la prensa, se necesita trabajar, trabajar mucho. Montones.